Mujeres Rohingya
REUTERS
Actualizado: martes, 10 enero 2017 22:17

RANGÚN/DACA 10 Ene. (Reuters/EP) -

Un enviado especial de la líder birmana, la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, viajará a Bangladesh este miércoles para abordar la crisis de la comunidad rohingya, que debido a los altos niveles de violencia y represión que sufren en Birmania están huyendo en grandes cantidades al país vecino, lo que ha provocado un aumento de las tensiones entre ambas naciones.

Kyaw Tin, el viceministro de Asuntos Exteriores de Birmania, hará un viaje de tres días a la capital bangladeshí, Daca, una medida poco común por parte de las autoridades birmanas que tiene como objetivo intentar revertir en la medida de lo posible uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la líder en la sombra del Gobierno birmano. De acuerdo con Naciones Unidas, más de 65.000 miembros de la comunidad rohingya se han visto forzados a huir a Bangladesh en los últimos tres meses.

El Gobierno de Bangladesh exigió la semana pasada a Birmania que llevara a cabo la repatriación de todos los birmanos indocumentados y refugiados registrados en el país vecino, a donde se han trasladado un total de 50.000 miembros de la comunidad rohingya desde que estalló la crisis en el estado de Rajine el pasado 9 de octubre

El ministro de Asuntos Exteriores de Bangladesh, Kamrul Ahsan, presentó una queja verbal al embajador birmano en el país, Myo Myint Than, para que repatríe a los miles de rohingyas que han atravesado la frontera huyendo de la violencia.

Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en el estado birmano de Rajine. El Estado birmano no les reconoce el estatus de ciudadanos porque les considera descendientes de inmigrantes ilegales de Bangladesh, que a su vez tampoco les reconoce como ciudadanos. Son una de las etnias más perseguidas en todo el mundo.

El éxodo de birmanos se ha incrementado desde que el Ejército impuso una serie de restricciones a la ayuda humanitaria en el país en el estado de Rajine, en el marco de una serie de operaciones tras varios ataques que acabaron con la muerte de nueve guardias fronterizos el pasado 9 de octubre.

Los residentes y los grupos de Derechos Humanos acusan a las fuerzas de seguridad de ejecuciones sumarias y violaciones durante la operación militar, mientras que el Gobierno de Aung San Suu Kyi niega las acusaciones de abusos.

El enorme flujo de refugiados procedentes de Birmania, además de la publicación de unos informes que acusan a la Marina birmana de haber disparado contra pescadores bangladeshíes, han aumentado las históricas tensiones que existen entre ambos países.

La visita del viceministro de Asuntos Exteriores a Bangladesh supone un importante cambio de dirección en la manera de gestionar la crisis por parte de Suu Kyi, que hasta la fecha se había mostrado muy reticente a colaborar con su país vecino.

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