Suu Kyi pide a la comunidad internacional que deje de centrarse en "los aspectos negativos" de Birmania

NGAPALI BEACH, 22 Feb. (Reuters/EP) -

La activista, premio Nobel de la Paz y teórica líder 'de facto' de Birmania, Aung San Suu Kyi, ha pedido este viernes el retorno de la inversión al estado birmano de Rajine, del que hace año y medio huyeron más de 700.000 residentes de la minoría rohingya, perseguidos por el Ejército, y ha lamentado que "el mundo se haya centrado solo en los aspectos negativos" de la situación en el lugar.

Suu Kyi, que ha realizado estas declaraciones precisamente durante una visita al estado, en la frontera con Bangladesh, ha sido objeto de numerosas críticas por incapacidad para contener la brutal operación militar que expulsó a los rohingya y que, según ONG e informes de Naciones Unidas, es merecedora de una investigación por genocidio y crímenes contra la Humanidad.

"Durante mucho tiempo, la atención de la comunidad internacional se ha centrado en los aspectos negativos relacionados con los problemas en el norte de Rajine en lugar de ver un panorama más amplio; uno que muestra el inmenso potencial de este estado para la paz y el desarrollo", ha declarado durante su visita, en la que se limitó a reconocer el conflicto con las milicias rohingya y el éxodo de los civiles como un "grave desafío".

La activista se ha comprometido a hacer de Birmania "un país más amistoso hacia los inversores" y desarrollar iniciativas para garantizar el retorno del turismo occidental.

Algunos expertos consultados por Reuters han advertido de que cualquier intento de resolver la situación en Rajine por vías exclusivamente económicas podría fomentar todavía más Rakhine podría cimentar la marginación de la mayoría de los apátridas Rohingya.

Un informe especial de Reuters en diciembre reveló que el Gobierno habían construido nuevos hogares para budistas donde vivían los rohingya, lo que hace imposible el regreso de muchos refugiados a sus hogares originales.

Además de los atrapados en Bangladesh, cientos de miles de rohingya y otros musulmanes permanecen atrapados en campamentos y aldeas en Rajine, donde están restringidos sus movimientos y el acceso a los servicios.