YANGÓN, 15 Jul. (Reuters/EP) -
La ganadora del premio Nobel de la Paz y consejera de Estado de Birmania, Aung San Suu Kyi, ha puesto en marcha una campaña para frenar el extremismo religioso debido al aumento de la violencia y de la tensión étnica y religiosa en el país.
Las autoridades, que han sido criticadas en numerosas ocasiones por abogados y activistas defensores de los Derechos Humanos por la falta de actuación ante los ataques sufridos por la comunidad musulmana en el país, han puesto en marcha una serie de medidas contra la organización radical de monjes Ma Ba Tha.
Desde que tuvieron lugar en 2012 los enfrentamientos entre budistas y musulmanes rohingya en el estado de Rajine, la violencia entre miembros de estas dos comunidades religiosas ha aumentado en Birmania, donde la mayoría de la población es budista.
El Gobierno, con la intención de hacer disminuir el número de enfrentamientos durante las manifestaciones, ha desplegado varias unidades especiales de seguridad y ha alertado, además, de que emprenderá acciones legales contra aquellos que inciten a la violencia y el odio.
El presidente del país, Htin Kyaw, ha indicado en un comunicado que las unidades especiales de seguridad también podrán abrir investigaciones y llevar a cabo detenciones durante las manifestaciones. "No queremos molestar a aquellos que se manifiesten de forma pacífica, pero no vamos a permitir que se produzcan protestas violentas", ha aseverado el portavoz del Consejo de Estado, Zaw Htay.
En junio, un grupo de 200 personas atacó una mezquita e hirió a un musulmán en el centro del país por una disputa sobre la construcción de un colegio musulmán. En otro incidente en el norte de Birmania, unos 500 budistas prendieron fuego a otro templo musulmán.
Después de que se produjeran los ataques, la población musulmana de las localidades afectadas se desplazó por temor a un aumento de la violencia. Desde que tuvieron lugar los enfrentamientos de 2012, unos 125.000 rohingya se han desplazado de forma interna.