LONDRES 26 Dic. (Reuters/EP) -
La premio Nobel de la Paz birmana Aung San Suu Kyi ha pedido a la comunidad internacional que no recurra a las sanciones para obligar al actual Gobierno a que reactive las paralizadas reformas democráticas en el país y ha recomendado que en su lugar continúe apostando por la vía del diálogo.
"El problema es que la comunidad internacional cree que va a conseguir un final feliz a base de insistir, pero las cosas no suceden así", ha declarado la activista de oposición y rostro del cambio democrático que intenta asentarse en Birmania tras décadas de dictadura militar.
Para alentar esta transición, la Unión Europea suspendió en 2013 las sanciones internacionales contra Birmania a cambio de que el país asiático pusiera en marcha una serie de reformas para facilitar la pluralidad de opiniones.
Sin embargo, y de un tiempo a esta parte, ciertas voces han comenzado a dudar de la voluntad del Gobierno birmano --parte del cual todavía está estrechamente relacionado con la antigua Junta Militar--.
Prueba de ello es el hecho de que el Gobierno todavía no ha aclarado el tecnicismo constitucional que impide a la activista, una de las figuras más admiradas del país, presentarse a la Presidencia. Se trata de una circunstancia que ha criticado incluso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. "No veo mucho sentido a ese obstáculo", declaró en una de sus últimas reflexiones sobre la situación en Birmania.
Aunque Suu Kyi ha reconocido que "las reformas no marchan demasiado bien" y que el Gobierno todavía no ha logrado convencerse de que no es necesaria la ayuda de los militares para dirigir el país, tampoco desea un retorno a la presión de las sanciones.
"No me gusta ir marcha atrás. Quiero avanzar y por ello, en lugar de regresar a los métodos antiguos, opino que lo mejor sería que todo el mundo se pusiera realmente en serio a trabajar en un sistema para facilitar las conversaciones, porque son la puerta al futuro", ha declarado.