BANGKOK/ESTAMBUL, 10 Jul. (Reuters/EP) -
El primer ministro de Tailandia, Prayuth Chan Ocha, ha defendido este jueves la decisión de su país de repatriar de forma forzosa a cerca de un centenar de inmigrantes uigures a China, a pesar de las preocupaciones de varias ONG por los posibles malos tratos a los que se exponen a su vuelta.
"Si les enviamos de vuelta y hay problemas no es nuestra culpa", ha sostenido Preyuth, quien encabezó el año pasado un golpe de Estado contra el Gobierno electo. Las autoridades tailandesas repatriaron a Turquía además a 170 uigures que fueron identificados como ciudadanos turcos.
El primer ministro ha hecho referencia además a la posibilidad de cerrar la Embajada de Tailandia en Turquía después de que un grupo de manifestantes atacara el consulado tailandés en Estambul para protestar por la decisión del Gobierno de Bangkok.
"Creo que primero hay que cuidar la seguridad del personal de la Embajada. Si la situación empeora podríamos tener que cerrar la Embajada de forma temporal", ha apuntado.
Turquía es especialmente sensible a la problemática uigur, una minoría musulmana con la que ha declarado recientemente que tiene lazos religiosos y culturales y a la que muchos turcos consideran "hermana".
Los uigures se concentran en la región autónoma de Xinjiang, en el noroeste de China, donde son mayoría y aún así denuncian un trato discriminatorio por parte de Pekín para imponer el dominio de los han, la etnia mayoritaria en el país.