El movimiento fundamentalista llama a la movilización de todos los recursos locales ante la gravedad de la crisis
MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) -
El movimiento fundamentalista talibán estima que "cientos" de personas han fallecido por las nuevas inundaciones que han azotado en los últimos días Afganistán, con especial incidencia en las provincias de Baglán, Badajsán, Ghor y Herat, en el norte, centro y oeste del país.
"Por desgracia", ha anunciado el viceministro de Información y principal portavoz talibán, Zabiulá Muyahid, "cientos de nuestros ciudadanos han sucumbido a estas inundaciones, y un número sustancial han resultado heridos".
Muyahid, además, ha reconocido que este "diluvio" ha causado "una gran devastación en las propiedades residenciales, lo que ha desembocado en importantes pérdidas económicas".
"En este momento de tribulación, el Emirato Islámico de Afganistán expresa su inquebrantable solidaridad con las familias afligidas y los heridos y ordena a las autoridades pertinentes, incluido el Ministerio de Gestión de Desastres, el Ministerio del Interior y los funcionarios provinciales, que movilicen con celeridad todos los recursos disponibles para las operaciones de rescate, evacuación de los fallecidos y tratamiento médico de los heridos", ha hecho saber el portavoz talibán.
Las únicas cifras concretas de fallecidos que existen hasta el momento son los 50 fallecidos constatados en la provincia de Baglán, según informó este pasado viernes el director de la oficina local de la Agencia para Respuesta contra Desastres Naturales, Hedayatulá Hamdard, a los que hay que sumar otros cuatro en la provincia de Ghor, también según autoridades locales.
Las inundaciones de este año, debidas en parte al fenómeno de El Niño, están dificultando seriamente la producción de cultivos y el flujo de suministros de alimentos, particularmente en el norte y noreste del país, según el Comité Internacional de Rescate.
Cabe recordar que, el mes pasado, Afganistán ya fue escenario de inundaciones repentinas provocadas por las fuertes lluvias, que en ese momento costaron las vidas de más 100 personas, destruyeron más de 1.000 hogares y arruinaron más de 24.000 hectáreas de tierras de cultivo, según las estimaciones de la ONG.