KABUL 29 Nov. (Reuters/EP) -
Los talibán afganos se han ofrecido este martes proteger importantes proyectos gubernamentales, como las minas de un gran depósito de cobre y un proyecto internacional de gas natural, para permitir que despegue tras días de retrasos.
Los insurgentes han estado detrás de buena parte de la violencia en los últimos 15 años que ha asustado a inversores, dejando a Afganistán incapaz de aprovechar sus recursos naturales y construir la infraestructura necesaria para no tener que depender de la ayuda exterior.
Los talibán, que se denominan a sí mismos como Emirato Islámico de Afganistán, mantienen que su lucha es contra las fuerzas extranjeras y el Gobierno apoyado por Occidente, no contra los ciudadanos de a pie.
"El Emirato Islámico no solo apoya todos los proyectos nacionales que van en el interés del pueblo y tienen como resultado el desarrollo y la prosperidad del país sino que también están comprometidos a salvaguardarlos", han afirmado los talibán en un comunicado.
"El Emirato Islámico da instrucciones a todos sus muyahidines para que ayuden en la seguridad de todos los proyectos nacionales que van en el interés superior del islam y el país", han añadido, dirigiéndose a sus combatientes.
Los milicianos han identificado el depósito de cobre de Mes Aynak, valorado en 3.000 millones de dólares, en la provincia de Logar, cerca de Kabul, como uno de los proyectos que protegerían. Una empresa china recibió la concesión de la explotación hace nueve años pero aún no ha comenzado la producción por la falta de seguridad y de infraestructura de transporte.
Los talibán también han mencionado el proyecto de gasoducto entre Turkmenistán, Afganistán, Pakistán e India (TAPI), valorado en 10.000 millones de dólares, y un proyecto de generación eléctrica regional que uniría Asia Central y el sur de Asia, conocido como CASA-1000.
El comunicado se produce un día antes del lanzamiento oficial de una conexión ferroviaria con el vecino Turkmenistán.
Según el palacio presidencial, los milicianos están detrás de daños valorados en millones de dólares en puentes y otras infraestructuras en los últimos tres meses. "Estamos esperando a ver cómo los talibán ponen en práctica sus declaraciones", ha declarado el portavoz presidencial, Shah Hussain Murtazawi.
La vulnerabilidad de la infraestructura de Afganistán quedó de manifiesto este año cuando las líneas eléctricas que suministran a la capital, Kabul, quedaron cortadas, provocando semanas de apagones. Los talibán negaron tener algo que ver con los hechos.