MSF apunta a un recrudecimiento de los enfrentamientos intercomunitarios a causa del conflicto entre el Ejército y las RSF
MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
La tasa de mortalidad en la región de Darfur, en el oeste de Sudán, se multiplicó por 20 tras el inicio en abril de 2023 de la guerra entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), según ha denunciado este martes la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF).
La encuesta retrospectiva de mortalidad realizada entre refugiados sudaneses en Chad por Epicentre, el centro de investigación médica y epidemiológica de MSF, apunta que desde abril se registraron 2,25 muertes por cada 10.000 personas al día, con su pico más alto en el mes de junio.
La ONG ha resaltado que aunque los resultados indican un aumento "importante" de la mortalidad desde el inicio del conflicto en Sudán en los tres campos de refugiados en los que se realizó el estudio, los más afectados han sido los refugiados del campo de Ourang, que proceden principalmente de El Geneina, capital de Darfur Occidental.
Así, la encuesta recoge que el 83 por ciento de los fallecidos eran hombres y que la violencia, sobre todo con armas de fuego, fue la causa de la muerte en el 82 por ciento de los casos. La mayoría de las muertes tuvieron lugar en El Geneina, mientras que una cuarta parte se produjeron durante la huida a Chad. Además, casi uno de cada veinte hombres de entre 15 y 44 años fue dado por desaparecido durante este periodo de tiempo.
"Los resultados de la encuesta corroboran los testimonios de unos 1.500 heridos sudaneses tratados por nuestros equipos en colaboración con las autoridades sanitarias chadianas en la unidad quirúrgica del hospital de Adré (Chad) desde el pasado mes de junio", ha dicho Claire Nicolet, coordinadora de la unidad de emergencias de MSF en Chad.
"La mayor afluencia de heridos que experimentamos en Adré corresponde con el pico de mortalidad observado en la encuesta. Fue entre el 15 y el 17 de junio, días en los que recibimos un total de 858 heridos de guerra", ha explicado.
En este sentido, ha detallado que "muchos de los heridos contaron que los milicianos árabes les atacaban por su pertenencia a la etnia masalit y que fueron tiroteados en El Geneina". "Nos contaron que esta violencia continuó después en las aldeas y puestos de control a lo largo de la carretera hacia Chad, y que los hombres de la comunidad masalit habían sido sistemáticamente atacados", ha afirmado.
MSF ha hecho hincapié en que los relatos de estos refugiados durante los últimos seis meses reflejan una "terrible espiral de violencia", incluidos saqueos, incendios de viviendas, palizas, violencia sexual y masacres, que ha provocado la práctica desaparición de la comunidad masalit en El Geneina, marcada por rivalidades políticas, económicas y territoriales entre las comunidades residentes en la zona.
"Nos dijeron que éste no era nuestro país y nos dieron dos opciones: marcharnos inmediatamente a Chad o matarnos. Se llevaron a algunos hombres y vi cómo los fusilaban en la calle, sin que nadie enterrara los cadáveres", ha relatado H., un refugiado de 26 años que huyó a Adré desde El Geneina.
En esta línea, otro paciente atendido por MSF en Adré especifica que fue parado "en muchos puestos de control" durante su huida hacia territorio chadiano. "Nos preguntaban de qué tribu éramos. Su objetivo eran los masalit", detalla.
La ONG ha recalcado que uno de los episodios de violencia más recientes tuvo lugar en noviembre en Ardamatta, al noreste de El Geneina, donde cientos de personas fueron asesinadas tras la toma del control de la ciudad por parte de milicias vinculadas a las RSF, que se hicieron con la zona, donde había un gran campamento de desplazados y un destacamento de las fuerzas armadas sudanesas.
Nicolet ha subrayado que "333 heridos, principalmente personas procedentes de Ardamatta con heridas de bala, fueron atendidos en Adré por equipos médicos de MSF y del Ministerio de Salud chadiano durante el mes de noviembre".
El estudio fue realizado entre agosto y septiembre en los campos de Toumtouma, Arkoum y Ourang, que en aquel momento albergaban a 6.000, 44.000 y 25.000 personas, respectivamente. En total fueron sondeadas 3.093 personas sobre el número y la causa de las muertes entre sus familiares en 2023, antes y después del conflicto.
Sudán ha cumplido más de ocho meses de conflicto entre el Ejército sudanés y las RSF, enfrentamientos que estallaron el 15 de abril tras las fuertes discrepancias sobre la integración del entonces grupo paramilitar --ahora declarado como rebelde-- en el seno de las Fuerzas Armadas, que hicieron descarrilar el proceso de transición abierto tras el derrocamiento en 2019 de Omar Hasán al Bashir después de 30 años de poder.
La guerra en Sudán ha devastado por completo el país y generado una de las mayores crisis humanitarias de tiempos recientes en África. El país suma, conflicto tras conflicto, casi siete millones de desplazados forzados y la última guerra se ha retroalimentado con un histórico conflicto intercomunitario en la región de Darfur, escenario, según ONG, de constantes atrocidades desde el estallido de la guerra.