MADRID, 8 (EUROPA PRESS) -
Las fotos de las grandes cumbres políticas internacionales han dejado para la historia imágenes llenas de corbatas. Apenas una veintena de mujeres gobiernan actualmente en un contexto que sí parece irse abriendo --aunque en niveles inferiores-- a la igualdad de género.
En 1960, Sirimavo Bandaranaike se convirtió en la primera mujer elegida democráticamente jefa de Gobierno del mundo al ser nombrada primera ministra de Ceilán (hoy Sri Lanka) después del asesinato de su marido. Veinte años después, en 1980, Vigdis Finnbogadottir alcanzó otro hito al obtener la jefatura de Estado en Islandia.
Han pasado décadas desde esos dos logros pero, a día de hoy, apenas una veintena de mujeres llevan las riendas de sus países gracias a haber sido elegidas en una votación, bien sea como jefas de Gobierno o de Estado.
América Latina es la región donde más se ha generalizado la elección de mujeres como dirigentes políticas y actualmente Chile (Michelle Bachelet), Argentina (Cristina Fernández) y Brasil (Dilma Rousseff) cuentan con presidentas. Perú, Trinidad y Tobago y Jamaica cuentan con primeras ministras.
Europa tiene en su nómina a la mujer más poderosa del mundo --según la revista 'Forbes'--: la canciller alemana Angela Merkel. Helle Thorning-Schmidt, en Dinamarca; Laimdota Straujuma, en Letonia; Erna Solberg, en Noruega; Ewa Kopacz, en Polonia; Dalia Grybauskaite, en Lituania, y Nicola Sturgeon, en Escocia, dirigen sus respectivos gobiernos, mientras que la kosovar Atifete Jahjaga y la maltesa Marie Louise Coleiro Preca ocupan cargos de presidentas.
El ascenso de la mujer al poder en África lleva el nombre de Ellen Johnson-Sirleaf, que en 2006 hizo historia al asumir la Presidencia de Liberia. Tan sólo le acompaña actualmente Catherine Samba-Panza, que el año pasado se convirtió en mandataria interina para tratar de poner fin a los enfrentamientos interreligiosos.
TECHO DE CRISTAL
La Unión Interparlamentaria (UIP) y ONU Mujeres lanzaron en marzo de 2014 el Mapa de Mujeres en Política y alertaron, con cifras y gráficos, del 'techo de cristal' que sigue existiendo en el mayor número de países. Así, aunque el informe percibe ciertos avances en niveles de mando medio, los cargos de mayor peso siguen estando reservados por aplastante mayoría a los hombres.
Un 17,2 por ciento de los cargos ministeriales estaban ocupados por mujeres a 1 de enero de 2014, mientras que la proporción en el caso de representación parlamentaria suponía un 21,8 por ciento. Ambos datos reflejan una subida en comparación con el año precedente.
Por regiones, América Latina comenzó 2014 con un 22,9 por ciento de mujeres ministras, lo que le sitúa a la cabeza de una lista en la que sigue África, con un 20,4 por ciento. En Europa, la proporción cae al 18,2 por ciento, aunque en los países nórdicos un 48,9 por ciento de los puestos ministeriales estaban ocupados por mujeres.
América Latina también destaca con la media más alta de mujeres parlamentarias, del 25,2 por ciento, según el informe la UIP y Naciones Unidas.
España, que nunca ha tenido a una mujer al frente del Gobierno, figuraba a principios de 2014 a nivel mundial en el puesto número 26 en materia de igualdad de género, con un 30,8 por ciento de legisladoras.