Considera "correctos" tanto la excarcelación de Lula como el 'impeachment' a Rousseff
MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ex presidente brasileño Michel Temer ha asegurado este miércoles que, si bien su sucesor en el cargo, Jair Bolsonaro, tiene "un estilo de confrontación", no supone un "riesgo" para la democracia ni para el liderazgo regional e internacional de Brasil.
"Tiene un estilo de confrontación, pero lo que es interesante de él es que después lo resuelve con actitudes posteriores", ha dicho Temer en declaraciones a Europa Press en el marco de una Tribuna-EFE celebrada en Casa América.
Temer ha explicado en el coloquio que el dirigente ultraderechista tiene la capacidad de corregir sus propias palabras. "También recula, y eso es democrático, los que no reculan son los dictadores", ha afirmado.
El antiguo mandatario ha llamado la atención sobre el hecho de que aún no ha realizado cambios sustanciales, sino que, por el contrario, ha dado continuidad a la mayoría de las políticas heredadas del Gobierno anterior, el de Temer.
A este respecto, ha defendido que "no cambió nada a nivel de cambio climático", aunque Temer ha reconocido que le preocupó cuando, ya como presidente electo, Bolsonaro le dijo que no quería que Brasil acogiera la conferencia de la ONU, la COP25, que finalmente tendrá lugar en Madrid el próximo mes de diciembre.
"Creo que está funcionando bastante bien", ha valorado. "Creo que muchas veces (el problema) es la forma en la que habla, que crea dificultades" pero "no hay riesgo para la democracia, no hay riesgo para el país", ha aseverado.
Además, el ex inquilino del Palacio de Planalto ha señalado como garantía extra a "la propia cultura del pueblo brasileño, que está en contra de cualquier tipo de agresión a la democracia".
LULA Y ROUSSEFF
Por otra parte, ha aludido a la reciente excarcelación del también ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, gracias a un fallo en el que el Tribunal Supremo cambia de interpretación estableciendo que los condenados deben permanecer en libertad hasta agotar todos los recursos contra su sentencia.
El fallo, del 8 de noviembre, permitió que Lula saliera de la cárcel de Curitiba en la que estaba desde abril de 2018 purgando dos condenas por corrupción que suman más de 20 años y que podrían aumentar ya que tiene otras causas pendientes.
"El Supremo, en mi opinión, estuvo correcto", ha sostenido, esgrimiendo que la Constitución brasileña dice "literalmente" que "nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario" y eso no ocurre hasta que no hay una sentencia firme.
Interrogado sobre la repercusión de las causas de Lula, Temer ha indicado que todo lo que ocurre en torno a la figura del líder izquierdista "siempre tiene un impacto en la política" porque "tiene un liderazgo nacional, eso no se puede negar". No obstante, ha confiado en que "eso va a ser superado".
Sobre el 'impeachment' contra Rousseff, de quien fue vicepresidente hasta que su caída le catapultó a la Presidencia, en 2016, ha estimado asimismo que fue "jurídicamente correcto", a pesar de las "turbulencias institucionales" que siempre se producen cuando se cesa a un jefe de Estado en un juicio político.
"Siempre he tenido un trato respetuoso con ella, e institucionalmente lo sigo teniendo, pero no he tenido ningún contacto personal con ella" desde el 'impeachment', ha contado.
¿ESTALLIDO SOCIAL?
En otro orden de temas, Temer se ha referido a los movimientos de protesta que han recorrido gran parte de América Latina --Perú, Chile, Ecuador, Colombia o Bolivia-- y del mundo, entre los que ha apuntado a Líbano, país de origen de sus padres, y Hong Kong.
Preguntado sobre si cree que podrían replicarse en Brasil, dado el alto grado de corrupción que han destapado las investigaciones judiciales en el caso 'Lava Jato' y la enorme derivada de Odebrecht, Temer lo ha descartado. "No creo que (...) tengan repercusión en nuestro país", ha contestado.
Acerca de la corrupción, ha querido enfatizar que, "si se habla de corrupción y otras cosas es porque las instituciones están funcionando y están funcionando libremente". "Tenemos unas instituciones muy sólidas", ha recalcado.
Para Temer, el problema que subyace en esta ola de protestas de ámbito global es que se ha pasado de la "polarización", que refleja una diferencia de ideas, a la "radicalización", donde afloran "sentimientos de odio".
La mejor vacuna contra ello, en opinión del ex presidente brasileño, es la "moderación", a la que ha llamado a todos los líderes internacionales para lograr la "pacificación" de sus respectivos países.
En este sentido, ha lamentado tanto el "estilo de confrontación" de Bolsonaro como el "mensaje radical" que lanzó Lula a su salida de prisión. Brasil, ha argumentado, está llamado a "tener una postura conciliadora", dado que "esta siempre fue la tónica de sus gobiernos y su diplomacia".
En cuanto a su futuro rol en Brasil, Temer se ha mostrado dispuesto a "dar consejo" cuando se le pida, pero "solo eso", descartando una vuelta a la primera línea política donde, según ha recordado, ya lo ha sido todo.