MADRID 2 Sep. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Brasil, Michel Temer, ha reconocido que está acostumbrado a sufrir "pequeñas vergüenzas", en referencia a la última decisión del Senado del país de permitir que la ya expresidenta Dilma Rousseff, a pesar de ser destituida de su cargo, mantenga sus derechos políticos.
"Estoy acostumbrado porque llevo más de 34 años en la vida pública, y estoy en contacto permanentemente con estas pequeñas vergüenzas, que se superan enseguida", ha afirmado desde Shanghái, donde acude, ya en calidad de presidente, a la cumbre del G20.
Si bien ha reiterado que "respeta" las decisiones del Senado, ha recordado que esta en concreto "está siendo cuestionada".
"Si el Senado tomó esta decisión, no importa, cierta o equivocada, ya tomó la decisión", ha afirmado el que fue vicepresidente de Rousseff.
El 'impeachment' contra Dilma Rousseff ha triunfado este miércoles en el Senado, cuando la ya expresidenta brasileña ha quedado apartada definitivamente del cargo, pero ha logrado librarse de la pena accesoria de inhabilitación, lo que la permitirá aspirar a cargos públicos.
Un total de 61 senadores, es decir, más de los 54 que se exigían como mínimo para que el juicio político prosperara, han votado para destituir a Rousseff de forma permanente. Solo 20 han expresado su apoyo a la exguerrillera.