BRASILIA 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Brasil, Michel Temer, ha negado este jueves que existan irregularidades en un cheque vinculado a su campaña electoral a la vicepresidencia de 2014, después de que la expresidenta Dilma Rousseff, apartada de su cargo, lo acusara de haber recibido fondos ilegales.
"Se trata de un cheque nominal del Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) abonado para la campaña del entonces vicepresidente Michel Temer, con fecha del 10 de junio de 2014", ha explicado el portavoz de la Presidencia, Alexandre Parola.
Parola ha añadido que "no existe ninguna irregularidad en la campaña". "Basta con leer el cheque", ha apuntado, según declaraciones recogidas por Agencia Brasil.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) está estudiando las acciones que piden la anulación de la fórmula electoral Dilma-Temer por un presunto uso de poder político y económico durante la campaña.
Según este tribunal, la defensa de Rousseff ha presentado un cheque de la constructora Andrade Gutierrez como prueba de que el dinero, presuntamente vinculado a contratos que involucran a dicha empresa, se habría ingresado en la campaña a través del partido de Temer y no de la formación de la expresidenta.
El pasado mes de abril, el TSE ordenó investigar en profundidad la última campaña presidencial, que catapultó a Dilma Rousseff y a su 'número dos' al Palacio de Planalto, por sospechas de financiación irregular.
La magistrada Thereza de Assis Moura instó a realizar diligencias probatorias que estaban pendientes y que "deben hacerse" en el marco de las cuatro peticiones presentadas ante el TSE para revocar los mandatos de Rousseff y Temer.
FINANCIACIÓN DE LA CAMPAÑA
Los demandantes pidieron citar a Otávio Marques Azevedo y Flávio David Barra, ejecutivos de Andrade Gutierrez, una de las empresas implicadas en el escándalo de corrupción de Petrobras, y que sus delaciones fueran compartidas con el TSE.
Los ejecutivos contaron, por virtud de un acuerdo de delación con la Fiscalía, que su empresa financió la campaña de 2014 para la reelección de Rousseff y, en consecuencia, de Temer, a cambio de obtener contratos de la petrolera estatal.
Esta derivada de la 'Operación Lava Jato' supone una nueva amenaza para Rousseff, que está a la espera de que el Senado decida si de be someterse a un juicio político por aumentar el gasto público en plena campaña electoral sin contar con la autorización del Congreso.