BRASILIA, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Brasil, Michel Temer, y su antecesora en el cargo, Dilma Rousseff, han negado este jueves que tuvieran conocimiento de que Odebrecht había financiado de forma ilegal su campaña electoral, en el marco del escándalo de pago de sobornos a cambio de favores políticos que protagoniza la constructora brasileña en todo el continente.
El empresario Marcelo Odebrecht confirmó el miércoles a las autoridades electorales que pagó al jefe de campaña de Rousseff en 2014 con fondos de la caja chica de la firma constructora, tras un acuerdo con el entonces ministro de Hacienda, Guido Mantega.
Rousseff, que fue destituida el año pasado en un 'impechament' por irregularidades contables, y Temer, que hasta ese momento era el vicepresidente, concurrieron juntos a las elecciones de ese año, a pesar de que actualmente se declaran rivales políticos.
Temer ha reaccionado a través de un comunicado difundido este jueves por el Palacio de Planalto en el que indica que las declaraciones de Odebrecht solo confirman lo que el líder conservador "lleva diciendo meses: que tuvo un encuentro con el empresario cuando era vicepresidente para hablar de la campaña electoral pero sin discutir de dinero".
Para el Gobierno, el testimonio de Odebrecht no aporta nada nuevo, ya que los 11 millones de reales (3,3 millones de euros) donados por la compañía constructora al PMDB, el partido político de Temer, para los últimos comicios se declararon a las autoridades electorales.
Sin embargo, los medios de comunicación brasileños sostienen que Odebrecht, una de las empresas más importantes del gigante suramericano, donó hasta 150 millones de reales (45 millones de euros) para financiar el esfuerzo electoral del tándem Temer-Rousseff.
Rousseff, también a través de un comunicado, ha reaccionado de forma más contundente. "Es mentira que pidiera recursos a Odebrecht o a cualquier empresario (...) a través de una caja B durante las campañas presidenciales de 2010 y 2014", sostiene.
"Tampoco es verdad que designara al ex ministro Guido Mantega como su representante ante cualquier empresa con el objetivo de recaudar fondos para las campañas presidenciales. En las dos elecciones fueron designados tesoreros, de acuerdo con la legislación", ha añadido.
Además, ha reprochado la "insistencia en imputar a la ex presidenta una conducta sospechosa o lesiva para la democracia o el proceso electoral" y ha considerado que se trata de "un insulto a su honestidad y un despropósito".
"Extrañamente", ha indicado, estas noticias se publican, "siempre de manera selectiva", "justo cuando aparecen nuevas sospechas contra los artífices del golpe de 2016 que derivó en el 'impeachment'" contra la líder izquierdista.
Rousseff, que permanece apartada de la primera línea de la política brasileña, ha confiado en que "la verdad prevalecerá y en que el carácter lesivo de las acusaciones infundadas en su contra será reparado por la propia Justicia".
CASO ODEBRECHT
Odebrecht y su filial petroquímica, Braskem, llegaron el pasado diciembre a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos por el cual admiten el pago de sobornos a funcionarios de 12 países para conseguir contratos públicos. Ambas compañías se han comprometido a pagar conjuntamente una multa de 3.500 millones de dólares a cambio de que se retiren los cargos en Estados Unidos, Suiza y Brasil.
Este acuerdo se enmarca en las investigaciones estadounidenses por el caso 'Lava Jato', en el que las autoridades brasileñas indagan en una red de pago y cobro de sobornos a políticos de distinto signo para lograr contratos de la petrolera estatal, Petrobras.
Odebrecht ha reconocido que pagó más de 2.000 millones de dólares en sobornos a funcionarios y políticos brasileños y otros 439 millones de dólares en otros países de la región, lo que ha dado lugar a investigaciones en todo el hemisferio sur.