Actualizado: domingo, 4 junio 2017 8:29


ANKARA/LONDRES, 4 Jun. (Reuters/EP) -

La creciente tensión con Estados Unidos y los enfrentamientos políticos internos amenazan los planes del presidente iraní, Hasán Rohani, para ampliar las libertades sociales, crear puestos de trabajo y atraer inversiones extranjeras, según varios analistas.

Los radicales antioccidentales derrotados por Rohani en las elecciones presidenciales de mayo parecen decididos a vengarse negando al clérigo pragmático un dividendo económico. La estrategia de los intransigentes es avivar la tensión con Washington y sus aliados del golfo Pérsico para introducir incertidumbre política en un país que ha sido visto como una apuesta segura desde el acuerdo nuclear de 2015.

"Para debilitar a Rohani, probarán todos los caminos posibles, desde provocar a los halcones de Washington a imponer más limitaciones políticas en su país... además de aislar a Irán económicamente", ha explicado un alto cargo que ha preferido permanecer en el anonimato.

El presidente estadounidense, Donald Trump, durante su visita a Arabia Saudí el 20 y 21 de mayo, calificó a Irán de amenaza para los países de Oriente Medio. Como respuesta Rohani pidió más "moderación y racionalidad" en las relaciones internacionales. El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, respondió en un tono más agresivo diciendo que los líderes de Arabia Saudí se enfrentan a "cierto derrocamiento" debido a su alianza con Washington.

Una semana después, la Guardia Revolucionaria iraní, la fuerza militar más poderosa de Irán, reveló que había construido una tercera fábrica subterránea de misiles balísticos y que continuará con su programa de misiles, proyecto al que se oponen Washington y sus aliados del golfo Pérsico.

TENSIÓN EN IRÁN

La creciente tensión regional aumentará el nerviosismo de los potenciales inversores extranjeros, muchos de los cuales ya han suspendido sus ambiciones en Irán por la preocupación burocrática y por una posible restitución de las sanciones si Irán viola el acuerdo nuclear.

"Rohani continuará pidiendo la vuelta de los negocios extranjeros a Irán sin ofrecerles nada a cambio por apoyar su confianza", ha afirmado el analista de la Fundación para la Defensa de la Democracia Behnam Bem Taleblu.

Además, los enfrentamientos dentro del país han aumentado tras una campaña electoral con continuos ataques a los intransigentes y con la voluntad de una rápida apertura al resto del mundo, argumentos con los que Rohani consiguió derrotar al candidato favorito de Jamenei y provocó el enfado de la Guardia Revolucionaria iraní.

"La inestabilidad política del país impactará en las inversiones extranjeras. Desanimará a los inversores a volver a Irán", ha explicado un experto del Centro Interdisciplinario de Herzliya de Israel, Mair Javadanfar.

"La reelección de Rohani coloca a la Guardia Revolucionaria iraní en un camino de confrontaciones con él", ha defendido Javdanfar. "Sus votantes querían moderación, mientras que la guardia quiere aumentar su alcance en el extranjero y ser más bélicos con occidente", ha añadido.

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