QUITO 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de Ecuador ha elevado a 525 el número de víctimas mortales causadas por el terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter registrado el 16 de abril en el país sudamericano. Del total de cuerpos hallados sin vida, 518 han sido identificados y entregados a sus familiares.
Las localidades de Manta, Portoviejo y Pedernales suman el mayor número de fallecidos, con un total de 431 muertos. Hasta el martes a las En Pedernales se han contabilizado hasta el martes a las 20.30, la Fiscalía ha contabilizado 159 víctimas mortales en Pedernales, 158 en Manta y 118 en Portoviejo.
Del total de fallecidos, once son de nacionalidades extranjeras (tres ciudadanos cubanos, tres colombianos, dos canadienses, un dominicano, un inglés y un irlandés). La Fiscalía ha publicado en su página de Internet una lista con los datos de las víctimas mortales del terremoto ya identificadas.
Horas antes del último balance de la Fiscalía, el ministro de Defensa ecuatoriano, Ricardo Patiño, compareció el martes antes para hacer balance de la situación. El ministro indicó que 4.027 personas han sido atendidas con heridas de diversa consideración.
"Es la peor tragedia que hemos asumido en 60 años", admitió Patiño, antes de agradecer las muestras de solidaridad de la comunidad internacional. En este sentido, explicó que en las tareas de búsqueda participan 400 efectivos procedentes de un total de ocho países.
Las autoridades se afanan también en reabrir las carreteras que han quedado colapsadas por el seísmo y en restablecer las comunicaciones telefónicas o la electricidad. El suministro eléctrico está ya restablecido en la "mayoría" de las zonas afectadas.
El ministro instó a las tiendas de alimentación y a los bancos a recuperar progresivamente su actividad, con el objetivo de avanzar hacia una normalidad que, en vista de los datos, aún parece lejana.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha estimado en unos 3.000 millones de dólares las pérdidas ocasionadas, si bien Patiño considera que esa cantidad es el dinero que hará falta sólo para reconstruir la región de Manabí.