ESTAMBUL 24 Nov. (DPA/EP) -
Un testigo ha declarado este martes ante un tribunal de Turquía que el periodista saudí Yamal Jashogi recibió amenazas de Saud al Qathani, un importante asesor del príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, antes de que fuera asesinado en octubre de 2018 en el interior del Consulado de este país en Estambul.
En la segunda vista ante un tribunal de Estambul contra 26 sospechosos del asesinato de Jashogi, Christian Mihr, miembro de la organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras (RSF), ha asegurado que el periodista recibió amenazas directas del que entonces era asesor del príncipe heredero y que posteriormente fue destituido.
"Jashogi recibió una llamada telefónica de Al Qahtani cuando estaba viviendo en Washington, en la que le dijo que conocía a sus hijos y sabía dónde vivían", ha asegurado por su parte la directora de Campañas Internacionales de RSF, Rebecca Vincent, en un mensaje publicado en Twitter.
El proceso contra los 26 sospechosos juzgados en rebeldía ha quedado aplazado hasta el próximo 4 de marzo. Jashogi fue asesinado en octubre de 2018 en el interior del Consulado saudí en Estambul, a donde acudió para tramitar los papeles para poder casarse con su prometida turca, Hatice Cengiz, que se quedó esperándole fuera. Las autoridades saudíes aseguraron inicialmente que el periodista había abandonado la legación pero posteriormente reconocieron que fue asesinado por altos cargos saudíes.
Las autoridades de Turquía mantienen que Jashogi fue asesinado por un escuadrón saudí que, tras acabar con su vida, desmembró el cuerpo y lo hizo desaparecer. Los restos mortales del columnista del diario estadounidense 'The Washington Post', crítico con la figura del príncipe heredero, no han sido encontrados.
La primera vista en el tribunal de Caglayan en Estambul comenzó en julio, con 20 ciudadanos saudíes como acusados, incluidos Al Qahtani y Ahmed al Asiri, exsubdirector de la agencia de Inteligencia saudí. Los fiscales acusaron a los dos exaltos cargos de "instigar el asesinato premeditado con una intención monstruosa".
En septiembre, el tribunal presentó una segunda imputación contra otros seis ciudadanos saudíes, para los que se piden pena que van de los cinco años de prisión a la cadena perpetua. Ese mismo mes de septiembre, un tribunal saudí decidió conmutar las penas de muerte impuestas en 2019 a cinco saudíes por el asesinato de Jashogi y sentenciarles a 20 años de prisión.