MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
El estado de Texas ha decidido dar marcha atrás en su proceso de reapertura de negocios y servicios tras registrar varios días de repuntes máximos de contagios, hasta un total de casi 135.000 casos y más de 2.300 fallecidos, comenzando por el cierre inmediato de los bares del estado a partir de este viernes.
Los restaurantes sí podrán permanecer abiertos pero solo para las cenas y siempre y cuando no excedan el 50% del total de su aforo. Esta previsión, sin embargo, entrará en vigor el próximo lunes. Durante este fin de semana estos negocios mantendrán su horario de reapertura.
Además, cualquier concentración de gente superior a las 100 personas deberá recibir el permiso explícito de las autoridades, de acuerdo con la orden promulgada este viernes por el gobernador del estado, Gregg Abbott.
"En estos momentos, está perfectamente claro que el aumento de casos responde a ciertos tipos de actividades, como las concentraciones en los bares", ha hecho saber el gobernador en un comunicado.
Abbott se había negado a imponer medidas más estrictas de cuarentena hasta que la tasa de positivos alcanzara el 10 por ciento de las personas sometidas a la prueba del virus; porcentaje que el estado ha acabado alcanzando en las últimas horas.
Dada la relajación inicial del estado a la hora de imponer las medidas de contención y el escaso tiempo de confinamiento, la curva de contagios se ha disparado en los últimos tres días, en los que Texas ha registrado más de 3.000 contagios diarios.