Los tibetanos reeligen a Lobsang Sangay como primer ministro del Gobierno en el exilio

Doctor En Harvard, Lobsang Sangay
REUTERS/MUKESH GUPTA
Actualizado: miércoles, 27 abril 2016 10:46

DHARAMSALA (INDIA), 27 (Reuters/EP)

Los tibetanos han reelegido a Lobsang Sangay como primer ministro del Gobierno tibetano, con el 57 por ciento de los votos, según ha anunciado este miércoles la Comisión Electoral con sede en la localidad india de Dharamsala.

Lobsang Sangay ha liderado la comunidad de unos 150.000 tibetanos que viven en la diáspora desde que en 2011 el Dalai Lama renunció a su poder político, logran el 57 por ciento de los casi 60.000 votos. El Dalai Lama, de 81 años de edad, ha intentado construir un sistema democrático que tenga suficiente fuerza para mantener unidad a la comunidad en el exilio y que pueda negociar tras su muerte.

Se mantiene la incertidumbre sobre qué sucederá cuando fallezca el Dalai Lama, que es el líder espiritual de Tíbet y que fue galardonado con el premio Nobel de la Paz, y quién debería sucederlo, lo que ha reforzado la necesidad de que los tibetanos tengan un líder político con legitimidad democrática.

EL budismo tibetano mantiene que el alma de un lama se reencarna en un niño cuando muere. El Gobierno de China reclama que el Ejecutivo tibetano debe abandonar esa idea de la reencarnación del Dalai Lama, que huyó a India tras una insurrección fallida en 1959.

"He votado por él por su formación académica", ha contado Choezin, un monje de 53 años que huyó del Tíbet en 1985 para asentarse en Dharamsala. "Su santidad quiere alguien que pueda continuar el trabajo que ha hecho. Ha dicho que Sangay es el hombre adecuado", ha añadido.

Sangay dirigirá durante los próximos cinco años la Administración Central Tibetana (CTA), un Gobierno que ningún país ha reconocido y con el que las autoridades de China se niega a dialogar.

Los tibetanos acusan a las autoridades chinas de erosionar su cultura budista reprimiendo sus prácticas religiosas y llenando la región con chinos de etnia han. China sostiene que ha llevado al desarrollo a lo que era una región pobre y acusa al Dalai Lama de ser un líder "separatista" que busca la independencia del territorio.

La campaña electoral ha estado marcada por rivalidad entre los candidatos, a los que el Dalai Lama reprochó por su enfrentamiento. Sangay, al igual que el Dalai Lama y la mayoría de los tibetanos, apoyan una vía intermedia que pasa por una autonomía de la región dentro de China en lugar de la independencia. En su primer mandato, Sangay no logró convencer a las autoridades chinas para poder sentarse a dialogar juntos.

Las negociaciones entre el Gobierno chino y los representantes del Dalai Lama se rompieron en 2010 y, desde entonces, no se han retomado. El crecimiento económico de Pekín podría haber relegado lentamente la causa tibetana a nivel internacional. En los últimos años, el Dalai Lama ha visto rechazadas sus solicitudes de audiencia con diversos líderes internacionales, incluido el Papa.