La toma de Marawi (Filipinas) por islamistas puede que sea solo el principio de más ataques, según expertos

Marines filipinos junto a una mezquita en Marawi
ERIK DE CASTRO/REUTERS
Actualizado: sábado, 22 julio 2017 15:05


YAKARTA, 22 Jul. (Reuters/EP) -

La toma de la ciudad de Marawi podría ser solo el anticipo de una oleada de acciones de milicias islamistas en la región del sureste asiático, según el grupo de estudios Instituto de Análisis de Políticas de Conflicto. Las fuerzas militares filipinas llevan semanas implicadas en una penosa ofensiva para recuperar la ciudad, en manos de una coalición de grupos filipinos que han jurado lealtad al Estado Islámico.

La ciudad de Marawi, en la isla de Mindanao, en el sur de Filipinas, fue tomada hace casi dos meses por una coalición de grupos filipinos con la ayuda de combatientes extranjeros y aún controlan una parte de la ciudad. En los últimos meses se han producido ataques similares, pero la resistencia de los milicianos atrincherados en Marawi ha hecho saltar todas las alarmas.

"Los riesgos no terminan cuando el Ejército declare la victoria", ha afirmado Sidney Jones, director del Instituto de Análisis de Políticas de Conflicto (IPAC, por sus siglas en inglés). En particular, el grupo apunta a Indonesia y Malasia, ambas naciones de mayoría musulmana.

"Indonesia y Malasia afrontan nuevas amenazas con la vuelta de combatientes desde Mindanao y Filipinas tendrá unas células dispersas con capacidad tanto de generar violencia como de generar adoctrinamiento", ha argumentado Jones.

En la ofensiva de Marawi han participado dos grupos indonesios anteriormente enfrentados pese a su afinidad al Estado Islámico y su éxito podría generar en los milicianos la pregunta de por qué no pueden ellos lograr algo así de espectacular, advierte el informe del IPAC. En concreto, las autoridades creen que hay unos 20 indonesios en Marawi.

"Cuando termine la batalla de Marawi es posible que los dirigentes del sureste asiático del Estado Islámico (en Siria) animen a los indonesios a atacar otros objetivos, tales como individuos o instituciones extranjeras, en particular si alguno regresa para liderar estas operaciones", señala el grupo en su informe.

En respuesta, un portavoz de la Policía indonesia, Setyo Wasisto, ha señalado que "nos mantendremos alerta, aumentaremos nuestra vigilancia y seguiremos los movimientos de quienes vengan de Marawi".

Unas 565 personas han muerto en los casi dos meses de combates en Marawi, según el balance oficial. Entre ellos hay 420 milicianos, además de 45 civiles y casi un centenar de soldados y policías filipinos.

Aunque las autoridades no quieren ya dar fechas sobre la toma de Marawi tras el incumplimiento de previsiones anteriores, al viernes un portavoz del Gobierno, Hermogenes Esperon, aseguraba que los milicianos están arrinconados en tres barangays o distritos, cuando antes controlaban hasta doce. Marawi tiene 96 barangays.

CADENA DE MANDO

El informe del IPAC revela además la cadena de mando de los milicianos de Marawi, que tiene su cabeza en Siria, en 'Bahrumsyah', quien lidera una unidad de milicianos procedentes del sureste de Asia denominada Katibah Nusantara.

Bahrumsyah fue quien organizó la financiación y el reclutamiento internacional haciendo de enlace con el malasio Mahmud Ahmad, antiguo profesor universitario y religioso musulmán que estaría en Marawi. Mahmud "controlaba el reclutamiento y la financiación y ha estado en contacto personal con los extranjeros que se ofrecieron a unirse al Estado Islámico en Filipinas", según el IPAC.

Las decisiones tácticas sobre el propio terreno las tomaron comandantes milicianos, pero según este informe los asiáticos de Siria "tendrán la última palabra sobre la estrategia para la región cuando acabe el asedio".

Dentro de esta estrategia a futuro los ideólogos islamistas estarían ya explotando los devastadores efectos de los bombardeos de la aviación filipina sobre Marawi. "Nosotros no lo hemos bombardeado hasta dejarlo en cenizas. Nosotros ordenamos el bien y prohibimos el mal (...), pero la respuesta del Ejército Cruzado fue brutal", señala una publicación difundida a través de Telegram.

Manila ha defendido el uso de la aviación y los bombardeos por la presencia de francotiradores en los tejados que dificultaban el avance militar en una zona densamente poblada.

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