Por Tony Abbott, primer ministro de Australia
Este sábado, los líderes de las economías del G20 llegarán a Australia para asistir a la Cumbre de Brisbane.
Hace seis años, las repercusiones de la crisis financiera internacional resonaron alrededor del mundo. Aun cuando hemos dejado atrás esos años de crisis, todavía estamos luchando con su legado de deuda y desempleo.
El reto para los líderes del G20 es claro: elevar el crecimiento, generar empleo y fortalecer la capacidad financiera. Necesitamos fomentar la demanda para repeler la deflación que amenaza a las principales economías de Europa.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, nos ha instado a que encontremos un nuevo impulso con más crecimiento, más empleo, mejor crecimiento y mejor empleo.
Esto significa generar las condiciones adecuadas para que el sector privado pueda tener éxito. Significa tener la disposición de utilizar la inversión en infraestructura para impulsar el crecimiento.
No podemos dejar que la recuperación se detenga, razón por la cual pediré a los líderes del G20 en Brisbane hacer más.
Durante la Cumbre del G20 en 2011, los líderes discutieron acerca de la necesidad de voluntad política. Los líderes comprendieron que el G20 es más efectivo cuando nos comprometemos a actuar juntos y cuando ejercemos nuestra voluntad política colectiva para cumplir con dichos compromisos.
En 2014, hemos trabajado con miras a un ambicioso objetivo compartido: elevar el PIB del G20 en al menos un 2 por ciento adicional por encima de la trayectoria actual para el año 2018. Para alcanzar este objetivo, los miembros del G20 han identificado casi mil nuevas medidas en sus estrategias de crecimiento de ámbito nacional.
REFORMAS QUE IMPORTEN
Durante el transcurso de 2014, los miembros del G20 se han desafiado unos a otros para encontrar reformas que importen y que hagan posible lograr las mayores repercusiones.
Aun cuando seguirá habiendo un papel para políticas monetarias acomodaticias, el G20 debe adoptar el tipo de reformas económicas estructurales que impulsen el crecimiento a largo plazo. Estas reformas son difíciles, pero para aquellas economías que las buscan, el crecimiento ha empezado a darse. Este es el caso tanto de Gran Bretaña como de Estados Unidos.
El estímulo fiscal brindado por el G20 durante la crisis financiera internacional ayudó a prevenir el colapso de la economía mundial. Desde entonces, algunos gobiernos han agotado su capacidad fiscal. Deben encontrarse nuevas fuentes de inversión. El sector privado puede jugar un papel importante en esto.
MAYOR NIVEL DE INVERSIÓN
Fomentar mayores niveles de inversión en todas las naciones del G20 es esencial para abordar y atender la brecha anual de $1 millón de millones de dólares en inversión en infraestructura.
En septiembre, las naciones del G20 acordaron crear una Iniciativa de Infraestructura Mundial, una agenda multianual para mejorar el entorno para las inversiones, mejorar la planificación y preparación de proyectos de infraestructura y mejorar la financiación a largo plazo.
Reconocemos la necesidad de abordar y atender el desempleo juvenil y estamos trabajando para impulsar la participación en los lugares de trabajo, porque estos temas y cuestiones son clave para el crecimiento económico. Este mes en Brisbane consideraremos fijarnos un objetivo para el año 2025 de reducir en un 25 por ciento la brecha actual en participación en la fuerza de trabajo entre hombres y mujeres en economías del G20. Reducir la brecha de género en dicha cifra representaría la inclusión de más de 100 millones de mujeres adicionales en la fuerza de trabajo en el mundo.
RESISTENCIA DEL SECTOR FINANCIERO
El crecimiento económico necesita construirse sobre cimientos sólidos. Reforzar la resistencia del sector financiero ha estado en el centro mismo de la labor del G20 desde la crisis financiera internacional. Trabaja para proteger a los contribuyentes de tener que rescatar bancos globalmente importantes, hacer más seguros los mercados de derivados y mejorar la supervisión del sector de la banca paralela _las instituciones financieras que se comportan como bancos, pero sin el mismo nivel de supervisión.
Los resultados de la reciente "prueba de resistencia" de los bancos europeos evidenció que estamos en la ruta correcta y que nuestras acciones están marcando la diferencia.
Hoy es el momento de dejar atrás la crisis financiera internacional. El G20, cuyos miembros representan casi 85 por ciento del PIB mundial y tres cuartas partes del comercio mundial, puede jugar un papel crucial en esto. Pero solo tendremos éxito si los Líderes utilizan su influencia y capacidad colectivas para actuar y aplicar las reformas necesarias en el ámbito nacional para impulsar la confianza.
El G20 existe porque puede hacer frente a grandes problemas que se encuentran más allá de la capacidad de los Estados nación de enfrentar individualmente.
Alcanzar un acuerdo acerca de cómo enfrentar dichos problemas es una prueba de la fuerza de la asociación del G20.
ACCIONES REALES PARA MARCAR UNA DIFERENCIA REAL
Cuando Australia asumió la Presidencia del G20 hace un año, nuestra meta era que los líderes del G20 se reunieran en Brisbane preparados y equipados para hacer posible acciones reales y reformas económicas reales que pudieran marcar una diferencia real y medible para la economía mundial y todos los pueblos del mundo.
Cuando la Cumbre llegue a su fin, confío que los Líderes habrán acordado un volumen de trabajo que aborde y atienda los temas y cuestiones fundamentales a los que se enfrenta la economía mundial y que nos comprometa a cada uno de nosotros a actuar en nuestros propios países.