LONDRES, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un mar de amapolas rojas llena este martes el foso de la emblemática Torre de Londres para recordar a los más de 800.000 militares británicos y de la Commonwealth que perdieron la vida durante la Primera Guerra Mundial, que terminó el 11 de noviembre de 1918.
Coincidiendo con el Día del Armisticio, el joven cadete de Berkshire de trece años Harry Hayes, ataviado con uniforme militar de camuflaje, ha sido el encargado de colocar este martes la última de las 888.246 amapolas de cerámica de confección artesanal plantadas en el foso del recinto, una por cada uno de los militares fallecidos en la contienda mundial.
El gesto del joven cadete ha venido acompañado por la lectura de los últimos nombres de los caídos y por el disparo de 21 salvas y dos minutos de silencio en memoria de los fallecidos. Miles de voluntarios han pasado los últimos meses colocando con esmero las más de 800.000 amapolas rojas en los alrededores de la Torre de Londres, según informa la BBC.
Durante este tiempo, unos cinco millones de personas han visitado esta obra de arte conmemorativa titulada 'La sangre baña de rojo las tierras y los mares', creada por el artista cerámico Paul Cummins, natural de Derbyshire. El nombre de la obra se inspira en un pasaje del testamento de un militar de Derbyshire que murió en la primera Guerra Mundial en Flandes.
LA AMAPOLA, SÍMBOLO DE RECUERDO
La amapola como símbolo de recuerdo de los fallecidos en la primera gran guerra se remonta a un poema de un médico militar canadiense, el teniente coronel John McRae, que recuerda las amapolas que crecían en primavera entre las cruces de las tumbas de los soldados muertos en el campo de batalla.
Desde hace cuatro meses, las amapolas rojas de cerámica están siendo plantadas en el foso de la Torre de Londres, conformando progresivamente un pequeño río rojo que inunda el recinto. Lord Dannat, el comisario jefe de la Torre de Londres, ha destacado la acogida que ha tenido el campo de amapolas en recuerdo de los militares muertos en la primera contienda mundial.
"Lo grande de todo esto es que la gente está comprometida", ha afirmado el exjefe del Ejército. "Creo que han asumido que les pertenece y creo que la razón por lo que lo han hecho es porque el número concreto, 888.246, no es una cifra al azar sino el número de soldados británicos y coloniales que perdieron sus vidas en la primera Guerra Mundial", ha explicado. "Cada amapola representa una vida perdida y una familia destrozada", ha asegurado.
Lord Dannat ha contado que unos 17.500 voluntarios se han encargado de colocar las amapolas y unos 8.000 serán los que las retiren a partir de este miércoles. La retirada se realizará en varias fases para permitir que se pueda visitar la obra hasta finales de noviembre.
Miles de amapolas será enviadas a los Museos de las Guerras Imperiales en Londres y Manchester. El campo de amapolas ha recibido la visita de la reina Isabel II de Inglaterra y del primer ministro del país, David Cameron, entre otras personalidades.
Cada una de las amapolas representa a un militar británico muerto en el campo de batalla y ha sido vendida por el precio simbólico de 25 libras esterlinas. Los fondos que se consigan con su venta se destinarán a seis organizaciones militares benéficas, incluida la Legión Real británica y la organización Ayuda para los Héroes. Se estima que la venta de todas las flores supondrá unos ingresos de quince millones de libras (19,4 millones de euros).