El Ejército de Etiopía reconoce su retirada de la capital de la región
MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) ha tildado de "broma" el alto el fuego unilateral decretado el lunes por el Ejército de Etiopía en Tigray (norte) y ha recalcado que no podrá fin a los combates hasta recuperar el control de toda la región.
Getachew Reda, portavoz del grupo, ha indicado en declaraciones a la cadena de televisión qatarí Al Yazira que el Ejército etíope, respaldado por tropas eritreas y de la región de Amhara, aún controla "grandes zonas" del territorio de Tigray, antes de incidir en que el grupo busca controlar "cada pulgada" de la región".
Asimismo, ha sostenido en declaraciones a la agencia de noticias Bloomberg que el objetivo del grupo es "degradar en lo posible las capacidades del enemigo" y ha amenazado con avanzar hacia la capital de Eritrea, Asmara, "si es necesario".
De esta forma, ha reclamado además al primer ministro, Abiy Ahmed, que restaure los servicios en la región, incluida la electricidad y las telecomunicaciones, así como aceptar que los responsables de atrocidades durante la guerra rindan cuentas.
"Si está interesado en un alto el fuego, que haga frente a esos problemas", ha resaltado en una entrevista telefónica concedida a Bloomberg. "No se puede cortar la electricidad y los servicios (a la población) y esperar lograr la paz", ha zanjado.
Las palabras de Getachew han llegado después de que las antiguas autoridades de Tigray, controladas por el TPLF y derrocadas tras la ofensiva militar lanzada en noviembre por el Gobierno, pidieran a las Fuerzas de Defensa de Tigray (TDF), integradas por milicianos del TPLF en el contexto de la guerra, que "intensificaran su lucha".
"El gobierno de Tigray pide al pueblo y el ejército de Tigray que intensifiquen su lucha hasta que nuestros enemigos abandonen totalmente Tigray", resaltaron a través de un comunicado, en el que incidieron en que "el gobierno y el ejército de Tigray llevarán a cabo todas las tareas necesarias para garantizar la supervivencia y la seguridad de su pueblo".
Por su parte, Bacha Debele, un oficial del Ejército etíope, ha confirmado la retirada de las fuerzas etíopes de la capital de Tigray, Mekelle, tomada por el TPLF durante la jornada del lunes, horas antes de que las autoridades realizaran el anuncio sobre el alto el fuego.
Bacha, quien ha comparecido ante la prensa junto al ministro de Exteriores etíope, Raduan Husein, ha resaltado quee las TDF no suponen una "amenaza" y ha agregado que el repliegue tiene lugar para hacer frente a otra amenaza", en medio del aumento de las tensiones con Sudán.
Raduan ha hecho hincapié en que la decisión de decretar un alto el fuego tiene un objetivo "humanitario" para permitir a los agricultores acudir a los campos de cultivo durante la temporada de siembra para evitar un mayor impacto de la crisis sobre la población civil, según ha informado la cadena de televisión etíope Fana.
Las autoridades etíopes habían evitado hasta ahora pronunciarse sobre la toma de Mekelle y habían rechazado las informaciones sobre los avances del grupo en la región de Tigray durante los últimos días, que incluyen su entrada en la estratégica ciudad de Shire.
El Ejército negó además la semana pasada estar detrás de un bombardeo contra un mercado en la localidad de Togoga que habría dejado decenas de víctimas mortales y aseguró que el objetivo eran miembros del TPLF, al que Adís Abeba ha declarado como un grupo terrorista.
La ofensiva contra el TPLF arrancó en noviembre de 2020 tras el citado ataque contra la base militar y después de un drástico repunte de las tensiones entre la formación y el Gobierno central. El conflicto ha provocado una grave crisis humanitaria, en medio de denuncias sobre abusos cometidos por las fuerzas gubernamentales y eritreas en sus operaciones.