LONDRES 19 Ago. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
Cientos de trabajadores humanitarios han firmado este viernes una petición en la que reclaman a Naciones Unidas mayor protección para poder continuar su labor y acabar con "la cultura del silencio" que hasta ahora ha permitido la impunidad de los ataques en su contra.
Coincidiendo con el Día Humanitario Internacional, tres cooperantes han lanzado una iniciativa en change.org que en apenas unas horas ha conseguido recabar más de un millar de firmas para exigir seguridad a los encargados de llevar ayuda a los lugares más peligrosos del mundo.
"En la primera mitad de esta década, más de 2.000 trabajadores humanitarios han sido secuestrados, extorsionados, atacados y señalados como objetivos, entre otras cosas que les han impedido hacer su trabajo", reza el documento.
"Nosotros, la comunidad de trabajadores humanitarios, no podemos seguir en silencio mientras tantos de nosotros son asesinados, violados, secuestrados y atacados con impunidad en zonas de crisis en todo el mundo", han explicado.
Para terminar con "décadas de despiadada negligencia" que han forjado una "cultura del silencio" cómplice, han propuesto un acuerdo internacional para dar a la protección de los trabajadores humanitarios un estatus legal.
Los únicos trabajadores humanitarios específicamente protegidos por el Derecho Internacional son los miembros de Cruz Roja. Los demás, ya estén vinculados a organizaciones internacionales u ONG, solo gozan del amparo genérico que brindan las Convenciones de Ginebra y las normas sobre Derechos Humanos a la población civil.
Los firmantes han encargado a Naciones Unidas que designe a un relator especial para el trabajo humanitario que se encargue, junto a Cruz Roja y ONG, de elaborar un código común de conducta para los cooperantes con sus derechos, obligaciones y protección específica.
Megan Nobert, fundadora de Report the Abuse, una ONG con sede en Ginebra que documenta la violencia sexual contra los trabajadores humanitarios, ha subrayado que depende de Naciones Unidas "hacerse cargo" de la protección a los cooperantes.
"La violencia contra los trabajadores humanitarios es algo habitual", ha dicho Nobert, de 29 años de edad, que se dio a conocer cuando denunció que fue violada por un empleado de una empresa subcontratada por la ONU en Sudán del Sur.
Precisamente, esta iniciativa surgió a raíz de un incidente ocurrido en julio, cuando fuerzas sursudanesas mataron a un periodista y protagonizaron una violación en grupo contra trabajadores humanitarios en un complejo de Yuba ubicado al lado de las instalaciones de la ONU.