Trasladado a Francia un destacado opositor detenido en plena crisis tras las presidenciales
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El proceso de diálogo entre el Gobierno y los partidos opositores y organizaciones de la sociedad civil para intentar resolver la grave crisis política provocada por la decisión del presidente, Alassane Ouattara, de presentarse a las elecciones del 31 de octubre, en las que obtuvo un tercer mandato, ha arrancado este lunes con la participación de las principales formaciones.
El primer ministro, Hamed Bakayoko, ha destacado durante su discurso de apertura que el proceso arranca a raíz del compromiso del Gobierno a aceptar las recomendaciones de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), que ha realizado esfuerzos de mediación entre las partes para resolver la situación.
"El Gobierno estará igualmente atento a todas las preocupaciones vinculadas a las próximas elecciones. Se trata de hacer frente a los desafíos de un país estable y democrático", ha sostenido, según ha informado el portal de noticias Koaci.
Así, Bakayoko ha hecho hincapié en que "esta sesión plenaria es una reunión de lanzamiento a través de la cual habrá que acordar los temas que estarán en el centro de las discusiones, el formato y el calendario de estas discusiones".
El primer ministro marfileño ha pedido además a los catorce partidos y 16 organizaciones de la sociedad civil participantes en estos contactos que "hablen con franqueza" con el objetivo de "hacer avanzar el país en paz". "Hablemos entre nosotros con franqueza y sin desconfianza, sin cálculos ocultos, para que la paz pueda hacer avanzar nuestro país", ha apuntado.
"Es cierto que en política hace falta siempre discutir, ya que, desgraciadamente, los hechos son testarudos y se imponen a nosotros. Las realidades cotidianas se imponen y siempre estamos ante situaciones complicadas", ha explicado Bakayoko.
Los partidos opositores, entre ellos el Partido Democrático de Costa de Marfil (PDCI) del expresidente Henri Konan Bédié y el Frente Popular Marfileño (FPI) del expresidente Laurent Gbagbo y el ex primer ministro Pascal Affi N'Guessan --detenido en el marco de la crisis electoral--, han aplaudido el inicio de las conversaciones.
En este sentido, Niamkey Koffi, del PDCI, ha manifestado que "la apertura del diálogo político suscita mucha esperanza", al tiempo que ha aplaudido que el discurso del Gobierno "es un discurso de calma, que llama a la confianza y a trabajar juntos para que haya paz en el país".
Por su parte, Christine Konan, del FPI, ha resaltado que la formación "nunca ha rechazado el diálogo" y ha apuntado que el primer ministro "ha hecho un buen anuncio" al dar el pistoletazo de salida a las conversaciones". "También damos las gracias al presidente", ha zanjado.
Adama Bictogo, director ejecutivo de la gubernamental Agrupación de Houphouetistas por la Democracia y la Paz (RHDP), ha aplaudido igualmente el inicio del diálogo y ha destacado que va en línea con los compromisos de Ouattara, quien durante su toma de posesión de la semana pasada pidió lanzar este proceso y anunció la creación del Ministerio de Reconciliación Nacional.
Ouattara prometió durante la jura de su cargo "reforzar" la "reconciliación", antes de tender la mano a la oposición para rebajar las tensiones. Posteriormente, nombró como ministro para la Reconciliación Nacional al excandidato a la Presidencia Kouadio Konan Bertin, el único de los tres candidatos opositores que no boicotearon las elecciones.
TRASLADO A FRANCIA DE UN OPOSITOR POR MOTIVOS DE SALUD
El inicio del diálogo ha tenido lugar además un día después de que el secretario ejecutivo del PDCI, Maurice Kakou Guikahué, fuera evacuado a Francia para recibir atención médica tras el deterioro de su estado de salud tras su detención el 3 de noviembre en el marco de la crisis desencadenada en el país africano.
Guikahué fue detenido en el interior de la vivienda del líder del partido, Henri Konan Bédié, durante una redada llevada a cabo el 3 de noviembre, después de que la oposición declarara la formación de un Consejo Nacional de Transición tras no reconocer la victoria del presidente, Alassane Ouattara, en los comicios celebrados el 31 de octubre.
El opositor fue trasladado a una cárcel de la ciudad de Abiyán, si bien durante los últimos días tuvo que ser enviado a un hospital por problemas coronarios, según ha informado el portal de noticias Koaci. Desde ahí ha sido evacuado a un hospital de Francia debido a un mayor deterioro de su estado de salud.
Los dos principales candidatos opositores, Konan Bédié y el ex primer ministro Pascal Affi N'Guessan, anunciaron un boicot al proceso debido a la decisión de Ouattara de presentarse a un tercer mandato, a pesar de que la Constitución fija en dos el límite.
El presidente, que dio marcha atrás en su decisión de no presentarse a raíz de la repentina muerte en julio del entonces primer ministro y candidato gubernamental, Amadou Gon Coulibaly, argumentó que las recientes modificaciones a la Carta Magna ponían a cero su contador.
Esta candidatura, sumada a la eliminación de los nombres del expresidente Laurent Gbagbo y el ex primer ministro y antiguo presidente del Parlamento Guillaume Soro de los aspirantes a la Presidencia, llevaron a la oposición a hacer un llamamiento a la desobediencia civil y a un "boicot activo" durante la votación, a pesar de lo cual Ouattara fue declarado como vencedor.
La situación provocó que la oposición anunciara la creación de un Consejo Nacional de Transición para organizar nuevas elecciones, al considerar que hay una vacante en la Presidencia, tras lo que las autoridades procedieron a detener a decenas de opositores, incluido Affi N'Guessan.
Posteriormente Ouattara se reunió con Konan Bédié y Bakayoko lo hizo con personas del círculo de Gbagbo para intentar rebajar las tensiones, si bien estos contactos no fructificaron y la oposición ha rechazado reconocer la victoria del presidente.
Las tensiones han provocado que parte de la población marfileña tema que otra polémica electoral pueda conducir a una nueva oleada de violencia como la que sacudió el país entre 2010 y 2011, cuando Gbagbo se negó a reconocer la victoria de Ouattara en las urnas.