UAGADUGÚ, 17 Sep. (Reuters/EP) -
Al menos tres personas han muerto y alrededor de 60 han resultado heridas por unos disturbios registrados este jueves en la capital de Burkina Faso, Uagadugú, durante una manifestación contra el golpe de Estado perpetrado el miércoles por un grupo de militares.
Una multitud ha salido a las calles de la capital para reclamar la vuelta al poder del depuesto presidente, Michel Kafando. Los soldados han disparado al aire para dispersar a los manifestantes, que han respondido lanzando piedras, según testigos.
Un portavoz del principal hospital de Uagadugú ha cifrado en tres muertos y 60 heridos el balance provisional de víctimas de estos disturbios.
El general Gilbert Diendéré, el jefe de la junta militar que ha destituido al Gobierno y se ha hecho con el poder en Burkina Faso, ha justificado con el argumento de que había que evitar la "desestabilización" del país en un momento en el que se vivía una "grave situación de inseguridad preelectoral".
En declaraciones telefónicas al portal de noticias Jeune Afrique, el general Diendéré ha asegurado que el presidente interino del país, Michel Kafando, y el primer ministro, Yacouba Isaac Zida, están bajo arresto domiciliario y que próximamente serán liberados.
Este militar que ha estado durante 30 años al frente de la Guardia Presidencial del anterior mandatario, Blaisé Compaoré, ha afirmado que sus hombres "han pasado a la acción" por las acciones de "exclusión" adoptadas por "las autoridades de transición".
LA SOMBRA DE COMPAORÉ
Sin embargo, ha descartado cualquier responsabilidad en el golpe del Congreso para el Progreso y la Democracia (CPD), el partido de Compaoré, y del propio exmandatario. "No he tenido contacto con él ni antes ni después. No le he llamado ni me ha llamado", ha matizado Dienderé en una entrevista a la cadena France 24.
Dienderé ha admitido que este tipo de cambio repentino "puede llevar a violencia", pero ha prometido hacer todo lo que pueda para evitar el "caos". En este sentido, ha llamado a la "calma" a la población de cara a la celebración de elecciones "inclusivas" y "democráticas".
"Sabemos que un golpe nunca es aceptado por la comunidad internacional, pero pido que se tenga en cuenta su propósito", ha añadido, antes de insistir en que no quiere "quedarse en el poder". El general ha prometido ceder el poder a un régimen civil "en cuanto se cumplan las condiciones".