Actualizado: jueves, 17 marzo 2016 21:55


BERLÍN, 17 Mar. (Reuters/EP) -

Tres ciudadanos alemanes de ultraderecha han sido condenados este jueves a un máximo de ocho años de prisión por lanzar una bomba de gasolina en un hostal de refugiados del pueblo de Salzhemmendorf, en el norte del país, el pasado mes de agosto.

Un tribunal de Hanover ha sentenciado a un hombre, de 31 años de edad, a 8 años de prisión y a su cómplice, un bombero voluntario que después ayudó a apagar las llamas, a siete años. La mujer de 24 años que conducía el coche en el que los asaltantes se fugaron ha sido condenada a cuatro años y seis meses de cárcel.

La pena de prisión es similar a la que pedía la Fiscalía para los tres responsables del asalto al hostal, en el que nadie resultó herido, pero que ha sido calificado como un acto de violencia xenófoba en respuesta a la ola de refugiados que ha llegado al país

El abogado de la defensa, Roman von Alvensleben, ha señalado que con esta condena la Justicia trata de enviar un mensaje a la población alemana. "Me temo que esto fue un intento de enviar una señal, debido a la coyuntura actual, en la que muchos ataques están teniendo lugar", ha lamentado.

Los tres condenados, que reconocieron la autoría del ataque, negaron que este estuviese motivado por razones polítcas. Sin embargo, el juez ha dictaminado que el análisis de sus teléfonos móviles era prueba de que los tres compartían actitudes de extrema derecha. "Los tres eran miembros de un grupo que se mensajeaba llamado 'Esvástica de Garaje', ha señalado un portavoz del tribunal. Uno de los acusados se hacía llamar a sí mismo 'el nuevo Adolf' y la mujer presumió de que había enseñado a su hija de dos años a decir "Heil Hitler", ha añadido.

A lo largo del último año ha habido más de 1.200 ataques en hostales de refugiados en Alemania, a los que cerca de un millón de solicitantes de asilo han llegado. Desde principios de año, se han producido más de 200 ataques en albergues de refugiados, la mayoría de ellos a manos de extremistas, según ha apuntado la Policía.

No obstante, ha habido muy pocos arrestos y el ministro de Justicia, Heiko Maas, junto con otros ministros de 16 estados federales alemanes ha pedido la creación de un oficina especial para enfrentar el problema del radicalismo y mejorar la recopilación de datos sobre los ataques.

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