MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -
Un tribunal de Egipto ha ordenado este martes la repetición de uno de los juicios contra el guía supremo de la organización islamista Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie, por el ataque contra una comisaría de la ciudad de Port Said en agosto de 2013.
El Tribunal de Casación ha afirmado que el juicio contra Badie y otros 49 condenados por el caso, cerrado en agosto de 2015, debe repetirse, una vez finalizado el proceso de apelación, según ha informado el diario local 'Al Ahram'.
En el primer juicio fueron sentenciadas 92 personas a penas de cárcel de entre diez años y cadena perpetua, incluidas 76 en rebeldía. El asalto contra la comisaría se saldó con cinco muertos.
El ataque tuvo lugar en el marco de las protestas por el golpe de Estado militar de julio de 2013 contra el entonces presidente electo, Mohamed Mursi. La asonada estuvo encabezada por el jefe del Ejército, Abdelfatá al Sisi, actual presidente del país.
El pronunciamiento del tribunal ha llegado apenas un día después de que otra corte del país condenara a cadena perpetua a Badie en la repetición de un proceso en el que había sido sentenciado a muerte.
El abogado del guía supremo de Hermanos Musulmanes, Abdel-Moneim Abdel-Maqsud, confirmó que, de esta forma, no pesa ninguna pena de muerte contra Badie.
En el primer juicio, cerrado en abril de 2015, Badie y otras trece personas fueron condenadas a muerte, mientras que otras 37 fueron sentenciadas a cadena perpetua, por establecer una 'sala de operaciones' en la acampada de protesta levantada en verano de 2013 en la plaza cairota de Rabaa al Adawiya.
La acampada en Rabaa al Adawiya, junto a la establecida en la plaza de Nahda, fue levantada para protestar contra el golpe contra Mursi. Las acampadas fueron asaltadas y desmanteladas por el Ejército en agosto de 2013.
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) aseguró que el asalto se había saldado con la muerte de 817 personas, "y más probablemente, al menos mil", si bien el Gobierno cifró las víctimas en poco más de 600, entre ellas 43 soldados.
El Gobierno de Abdelfatá al Sisi, que accedió al poder tras imponerse sin apenas oposición en las presidenciales celebradas meses después del derrocamiento de Mursi, ha lanzado una campaña contra Hermanos Musulmanes y los grupos revolucionarios que encabezaron las protestas que provocaron la caída del régimen de Hosni Mubarak en 2011.
Las nuevas autoridades declararon a Hermanos Musulmanes como una organización terrorista, incrementando su presión contra el grupo y sus miembros.
La campaña, dirigida también contra activistas opositores, se ha saldado por el momento con miles de encarcelados y condenados por diversos cargos en juicios que han sido denunciados por las ONG internacionales por su falta de transparencia.