WASHINGTON 3 Oct. (Reuters/EP) -
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha rechazado este lunes un recurso presentado por la Administración del presidente norteamericano, Barack Obama, que tenía como objetivo reavivar un plan para evitar la deportación de millones de inmigrantes del país.
Mediante una breve sentencia, el Supremo ha rechazado de forma terminante la solicitud del Ejecutivo de Obama, lo que significa que la decisión de los jueces del Supremo es definitiva y no puede ser recurrida. El plan, que Obama anunció en 2014, nunca se llegó a aplicar.
El plan del presidente demócrata fue recurrido por el estado de Texas y otros 25 estados más gobernados por republicanos, que alegaron que Obama estaba sobrepasando las competencias que le otorga la Constitución norteamericana al transgredir la autoridad del Congreso. Obama actuó de forma unilateral al emitir una orden ejecutiva, para la que no se necesita la aprobación del Congreso, que está dominado por los republicanos.
"Este es el último revés para el intento del presidente de expandir su poder ejecutivo y supone otra victoria para aquellos que creemos en la separación de poderes otorgada por la Constitución y el Estado de Derecho", ha declarado el fiscal general de Texas, el republicano Ken Paxton.
La Casa Blanca ha expresado este lunes su decepción ante la decisión del Supremo de Estados Unidos de rechazar la propuesta. "No hay ningún impacto práctico en lo que respecta a la implementación de esta política, y eso supone un arma de doble filo", ha declarao el portavoz de la Casa Blanca, John Earnest.
El plan de Obama estaba diseñado para permitir que alrededor de cuatro millones de inmigrantes --todos aquellos que lleven residiendo en Estados Unidos de forma ilegal desde 2010, que no tengan antecedentes penales y que tengan hijos con nacionalidad estadounidense-- fueran introducidos en un programa que impide que sean deportados y les otorga permisos de trabajo legales. Se estima que hay alrededor de 11 millones de inmigrantes ilegales viviendo en Estados Unidos.
El senador Harry Reid del estado de Nevada, el demócrata más importante del Senado, ha señalado que la decisión del Supremo "pone de manifiesto cómo un Tribunal Supremo con vacantes es incapaz de hacer su trabajo".