MADRID 31 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal Supremo de Irak ha aplazado a este jueves la vista en la que debe determinar si es competente para solicitar la disolución del Parlamento, en un contexto marcado por las presiones de simpatizantes del clérigo Muqtada al Sadr para que se celebren nuevas elecciones.
La corte ha defendido desde el primer momento que no le compete pronunciarse sobre la demanda por atentar contra la separación de poderes, pero la semana pasada ya empezó a crecer la presión de los 'saderistas', con sentadas ante la sede del Consejo Judicial de Irak.
Las tensiones aumentaron el lunes tras el anuncio de Al Sadr de que se retiraba de la política --murieron más de 30 personas en las movilizaciones de la Zona Verde de Bagdad-- y el Supremo tenía previsto examinar este miércoles la petición sobre la disolución del Parlamento.
Sin embargo, la sesión ha quedado pospuesta en principio hasta este jueves, según la agencia de noticias DPA, por lo que no se descarta que se produzcan nuevas movilizaciones en función del pronunciamiento judicial. Al Sadr ha pedido calma a sus seguidores durante estos últimos dos días.
El presidente de Irak, Barham Salí, también planteó el martes la celebración de elecciones parlamentarias anticipadas para sortear la actual crisis política, marcada por la incapacidad de los distintos actores políticos para formar un Gobierno diez meses después de los últimos comicios.
El Parlamento de Irak ha decretado tres días de luto como gesto de homenaje a las personas fallecidas durante las últimas protestas, según Rudaw.
CRISIS POLÍTICA EN IRAK
El bloque de Al Sadr salió como vencedor de las elecciones de octubre de 2021, pero sin mayoría. Sus principales rivales, un grupo de formaciones afines a Irán concentradas en el llamado Marco de Coordinación, propusieron un candidato a primer ministro hace tan sólo unas semanas, pero el clérigo lo rechazó por sus vínculos con el ex primer ministro Nuri al Maliki.
El Marco de Coordinación ha rechazado que el entorno de Al Sadr haya pedido la intervención del Tribunal Supremo, ya que considera que la disolución del Parlamento recae exclusivamente en el propio poder legislativo.