NUEVA YORK 27 Sep. (Reuters/EP) -
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado este miércoles que no había oído hablar de la región siria de Idlib, en el noroeste del país, hasta que una seguidora sacó el tema a colación durante un mitin hace un mes.
Naciones Unidas ha alertado de que cerca de 3 millones de personas viven en la zona, donde también hay miles de milicianos islamistas, y ha advertido de que se podría producir una catástrofe humanitaria si las fuerzas gubernamentales llevan a cabo un asalto.
El pasado 17 de septiembre, el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció un acuerdo para la creación de una zona desmilitarizada de entre 15 y 20 kilómetros para garantizar la paz. El pacto, que prevé patrullas coordinadas rusas y turcas en la zona, tiene el beneplácito del Gobierno sirio, ha explicado el mandatario ruso.
Trump ha destacado su labor a la hora de convencer a Rusia, Irán y Siria para no llevar a cabo una ofensiva en la zona dado que esta supondría un "grave error humanitario". "Siria es un desastre y fui responsable de detener la ofensiva, y espero que siga así", ha manifestado.
"Cuando puse en las redes sociales hace unas semanas eso sobre Idlib dije: 'No lo hagáis'", ha expresado el dirigente estadounidense, que ha indicado que supo de la situación en Idlib gracias a lo que le comentó una seguidora durante un mitin.
"Estaba en una reunión con muchos seguidores y una mujer se levantó y dijo que había una provincia siria con 3 millones de personas, que los iraníes, rusos y sirios estaban rodeándola y que iban a matar a su hermana y a millones de personas para poder librarse de entre 25.000 y 30.000 terroristas", ha explicado Trump.
"Dije que eso no iba a pasar. No había oído hablar de la provincia de Idlib. Volví y leí el fracasado 'New York Times' y en él me encontré la misma historia que me había contado la mujer. ¿Cómo puede nadie querer que pase eso?", ha afirmado.
Según ha explicado, poco después escribió en su cuenta de Twitter y dio órdenes a su Gabinete, incluido el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el asesor de Seguridad Nacional John Bolton para "impedir que eso pasara".