WASHINGTON, 5 Jun. (Reuters/EP) -
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha descrito este domingo el atentado perpetrado el sábado en la capital de Reino Unido, Londres, como una "masacre diabólica", resaltando que Washington hará todo lo posible para ayudar al país.
"Este derramamiento de sangre debe terminar. Este derramamiento de sangre terminará", ha dicho Trump en una breve declaración tras una gala en el Teatro Ford de la capital estadounidense, Washington.
La autoría del atentado, que dejó al menos siete muertos, ha sido reclamada por el grupo yihadista Estado Islámico, que ha afirmado que fue ejecutado por "una unidad de seguridad de combatientes" del grupo.
El ataque comenzó en torno a las 22.00 horas del sábado -- 23.00 en la España peninsular --. El vehículo de los asaltantes, identificado en principio como una furgoneta blanca, arrolló a varias personas en el puente de Londres. Solo en ese suceso resultaron heridas al menos 30 personas, según confirmó el servicio de Ambulancias de Londres a través de su cuenta de Twitter.
A continuación, la furgoneta se dirigió al Mercado de Borough, un recinto con varios restaurantes y centros de ocio. Allí, los asaltantes decidieron bajarse del vehículo y apuñalaron a un número todavía indeterminado de personas --aunque la Policía de Londres ha confirmado que hay un agente herido, si bien su vida no corre peligro-- antes de morir por los disparos efectuados por las fuerzas de seguridad.
En total, el ataque duró aproximadamente diez minutos. Los fallecidos, todos hombres, portaban lo que en un primer momento se creía que eran chalecos explosivos, aunque luego se confirmó que eran falsos, según declaraciones del ayudante al comisario de Policía de Londres, Mark Rowley.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, comparecía poco después delante de las cámaras para confirmar que algunos de los heridos se encuentran en estado crítico, por lo que no descarta que la cifra final de fallecidos aumente en las próximas horas.
Entre los heridos se encuentran dos franceses (uno de ellos en estado grave) y dos australianos (uno de ellos hospitalizado), según han confirmado respectivamente el presidente francés, Emmanuel Macron y el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull.