MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado este martes su apoyo a Arabia Saudí a pesar de reconocer que "podría ser perfectamente" que el príncipe heredero y líder 'de facto' del país árabe, Mohamad bin Salmán, tuviera conocimiento del plan para asesinar al periodista Yamal Jashogi. El mandatario ha señalado en un comunicado que "el crimen contra Yamal Jashogi fue terrible" y "es uno que Estados Unidos no aprueba". "De hecho, hemos tomado medidas firmes contra los que ya se sabe que participaron en el asesinato", ha dicho. "Tras una gran investigación independiente, sabemos muchos detalles de este crimen horrible", ha indicado, antes de recordar que Bin Salmán "niega vigorosamente cualquier conocimiento de la planificación y ejecución del asesinato". Pese a ello, ha resaltado que las agencias de Inteligencia "siguen analizando toda la información", al tiempo que ha dicho que "podría ser perfectamente que el príncipe heredero (saudí) tuviera conocimiento de este trágico suceso". "Podría ser que sí, podría ser que no", ha agregado. "Dicho esto, podría ser que nunca conozcamos todos los hechos que rodean al asesinato de Yamal Jashogi. En cualquier caso, nuestra relación es con el reino de Arabia Saudí. Han sido un gran aliado en nuestra muy importante lucha contra Irán", ha ensalzado. Así, Trump ha resaltado que "Estados Unidos pretende seguir siendo un firme socio de Arabia Saudí para asegurar los intereses del país (norteamericano), Israel y el resto de socios en la región". "Nuestro objetivo primordial es eliminar totalmente la amenaza del terrorismo en todo el mundo", ha apuntado. "Entiendo que hay miembros del Congreso que, por razones políticas o de otro tipo, querrían ir en otra dirección, y son libres de hacerlo", ha manifestado, antes de añadir que "considerará las ideas que se le presenten, pero sólo si son consistentes con la seguridad absoluta de Estados Unidos". "Después de Estados Unidos, Arabia Saudí es el país que más petróleo produce del mundo. Han trabajado de cerca con nosotros y han sido muy receptivos a mis peticiones de mantener los precios del petróleo a niveles razonables, algo muy importante para el mundo", ha resaltado. Por ello, ha reiterado que "pretende garantizar que, en un mundo muy peligroso, Estados Unidos persigue sus intereses nacionales y hace frente con vigor a los países que desean hacerle daño". "Muy simple, es lo que se llama Estados Unidos primero", ha remachado. Trump ha hecho referencia a esta idea a lo largo del comunicado, que arranca con un "Estados Unidos primero" y "el mundo es un lugar muy peligroso" antes de describir a Irán como "responsable de una sangrienta guerra subsidiaria contra Arabia Saudí en Yemen". Asimismo, ha responsabilizado a Teherán de "intentar desestabilizar el frágil intento de Irak de democratizarse, apoyar al grupo terrorista Hezbolá en Líbano, apoyar al dictador Bashar al Assad, que ha matado a millones de sus ciudadanos, y mucho más". "Igualmente, los iraníes han matado a muchos estadounidenses y otras personas inocentes en Oriente Próximo. Irán dice abiertamente, y con gran fuerza, 'Muerte a Estados Unidos' y 'Muerte a Israel'. Irán es considerado 'el principal promotor del terrorismo mundial'", ha argumentado. "Por otra parte, Arabia Saudí se habría retirado con mucho gusto de Yemen si los iraníes hubieran acordado irse. Eso habría dado inmediatamente la ayuda humanitaria que se necesita de forma desesperada", ha argumentado, antes de insistir en que "Arabia Saudí ha acordado gastar miles de millones de dólares en encabezar la lucha contra el terrorismo islámico radical". En esta línea, ha recordado que Riad ha acordado "gastar e invertir 450.000 millones de dólares en Estados Unidos" a raíz de su viaje a Arabia Saudí en 2017. "Esta es una cantidad de dinero récord", ha destacado. "Creará cientos de miles de puestos de trabajo, un desarrollo económico tremendo y mucha riqueza adicional para Estados Unidos", ha dicho. "Sería estúpido cancelar estos contratos", ha dicho, antes de reflexionar que "Rusia y China serían los grandes beneficiarios y estarían muy contentos de adquirir todos estos nuevos negocios". "Sería un regalo espléndido para ellos directamente desde Estados Unidos", ha zanjado. EL ASESINATO DE JASHOGI Las autoridades saudíes negaron durante semanas cualquier responsabilidad en la muerte de Jashogi y llegaron a asegurar que abandonó el edificio poco después de entrar, si bien finalmente tuvo que admitir que fue asesinato e incluso que había sido planeado. La Fiscalía General de Arabia Saudí anunció el jueves que solicitará la pena de muerte para cinco de los once sospechosos del asesinato del periodista y confirmó que fue asesinado con una inyección letal tras el fracaso de las "negociaciones" para tratar de convencerle de que volviera al reino. Según las informaciones publicadas recientemente por el diario estadounidense 'The Washington Post', en el que Jashogi era columnista, la CIA ha concluido en un informe que fue el príncipe heredero de Arabia Saudí quien ordenó a las fuerzas de seguridad saudíes el asesinato. La conclusión de la CIA también se ha visto influida por la posición que mantiene el príncipe heredero en Arabia Saudí, donde actúa como líder 'de facto' y supervisa hasta el más mínimo detalle. "La posición aceptada es que no hay forma de que esto ocurriese sin que él lo supiera o estuviera involucrado", aseguró una de las fuentes citadas por este medio. La situación en torno al caso Jashogi podría tensar aún más las relaciones entre Turquía y Arabia Saudí, dañadas en 2017 cuando Ankara decidió mantenerse del lado de Qatar tras la imposición de un bloqueo a Doha por parte de varios países de la región, encabezados por Riad. Jashogi, un reportero crítico con el régimen saudí y particularmente con el príncipe heredero, era un antiguo editor de diarios saudíes que residía en un exilio autoimpuesto en Estados Unidos. Como periodista entrevistó al fallecido líder de Al Qaeda Usama bin Laden. Asimismo, escribió varias columnas criticando las políticas saudíes hacia Qatar y Canadá, así como la intervención de la guerra en Yemen y la represión contra activistas y medios de comunicación del país.