Donald Trump
REUTERS / KEVIN LAMARQUE
Actualizado: martes, 5 septiembre 2017 18:49

WASHINGTON, 5 Sep. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Estados Unidos ha derogado el programa que da acceso a permisos de trabajo a quienes ingresaron al país de forma irregular siendo niños, aprobado en 2012 por el Gobierno de Barack Obama, argumentando que se trata de un subterfugio para sortear las leyes y que el país "no puede acoger a todo el mundo".

El presidente norteamericano, Donald Trump, ya había puesto en su punto de mira el programa Consideración de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), que protege de la deportación a cerca de 800.000 personas de entre 15 y 36 años. La iniciativa también autoriza a pedir permisos de trabajo a los beneficiarios, conocidos como 'dreamers'.

Trump ha cuestionado la "amnistía ejecutiva" aprobada por Obama sin el acuerdo del Congreso. "No estoy a favor de castigar a niños, la mayoría de ellos ya adultos, por las acciones de sus padres, pero también debemos reconocer que somos una nación de oportunidades porque somos una nación de leyes", ha esgrimido en un comunicado.

En este sentido, ha argumentado que "antes de preguntar lo que es justo para los inmigrantes ilegales", Estados Unidos debe tener en cuenta a sus propios ciudadanos. Trump ha insistido en la necesidad de aprobar una reforma migratoria "que ponga los empleos y la seguridad de Estados Unidos primero", en una revisión de su célebre lema de campaña.

"Debemos recordar que los jóvenes estadounidenses también tienen sueños", ha señalado Trump, que ha llamado al Congreso a "actuar" para aprobar una nueva ley. El mandatario ha explicado en su nota que los legisladores tienen ahora una "ventana de oportunidad", ya que la derogación del DACA no será radical sino "ordenada", de tal forma que no será plenamente efectiva hasta dentro de dos años.

"Es un proceso gradual, no repentino. Los permisos no comenzarán a expirar hasta dentro de seis meses y estarán activos hasta un máximo de 24", ha defendido Trump, para quien los 'dreamers' no serán una "prioridad" en términos de seguridad. Los beneficiarios de este programa, ha añadido, no serán considerados prioritarios para las agencias de seguridad "si no son criminales, están implicados en una actividad criminal o son miembros de una banda".

El fiscal general, Jeff Sessions, a quien ha correspondido el anuncio formal, ha explicado ante los medios que se trata de una decisión "responsable", en la medida en que la actual Administración considera que el programa perjudica el acceso de estadounidenses al mercado laboral y contradice las políticas migratorias en vigor. "No podemos admitir a todos los que nos gustaría. Es así de simple", ha sentenciado.

El responsable del Departamento de Justicia ha matizado que este giro político no quiere decir que los inmigrantes que se han beneficiado del DACA sean "malas personas", sino que Estados Unidos no puede permitirse "una política de puertas abiertas" contra la que ya se habrían pronunciado la ciudadanía norteamericana en las últimas elecciones.

La secretaria de Seguridad Interior en funciones, Elaine Duke, ha coincidido con el mensaje de Trump y en un comunicado ha recalcado que habrá una retirada "ordenada" de las actuales medidas. El Gobierno no aceptará ninguna nueva petición de 'dreamers' desde este martes, pero no tocará a beneficiarios previos al 5 de marzo y permitirá la renovación de ciertos permisos hasta el 5 de octubre, según la agencia Reuters.

EL PAPEL DEL CONGRESO

La decisión del Gobierno deja 'de facto' la pelota en el tejado del Congreso, ya que corresponderá a la Cámara de Representantes y el Senado decidir cuál será el futuro de las 800.000 personas que se han acogido al DACA. La líder demócrata en la Cámara Baja, Nancy Pelosi, se ha apresurado a condenar la "cobardía política" de Trum y su "despreciable asalto contra jóvenes inocentes".

El debate también amenaza con abrir un nuevo cisma en el Partido Republicano, que ya se ha mostrado incapaz de aprobar grandes leyes como la reforma sanitaria, a pesar de contar con mayoría en ambas cámaras. Tras el anuncio del Gobierno este martes, varios legisladores republicanos ya se han desmarcado, entre ellos el senador John McCain.

El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ha instado a encontrar una solución a largo plazo teniendo en cuenta que, para muchos inmigrantes, Estados Unidos es "el único país que conocen". "Su estatus es una de las muchas cuestiones migratorias que el Congreso no ha resuelto adecuadamente durante años, junto a la seguridad fronteriza y las medidas interiores", ha criticado en un comunicado.

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