WASHINGTON, 25 Ene. (EUROPA PRESS) - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este miércoles la orden ejecutiva que autoriza la construcción de un muro en la frontera con México, bajo la premisa de que "una nación sin fronteras no es una nación". Trump ha aprovechado su visita al Departamento de Seguridad Nacional para estampar su rúbrica en decretos relativos a seguridad, tanto fronteriza como interior, y avanzar así en unos planes cuestionados por su vecino del sur. "Una nación sin fronteras no es una nación", ha proclamado Trump, durante un discurso en el que ha prometido "restaurar el Estado de Derecho" y "recuperar el control" de todos los límites territoriales. La frontera sur, con más de 3.000 kilómetros, es la que más le preocupa. Para Trump, existe una "crisis" en la linde entre Estados Unidos y México. "Las organizaciones criminales internacionales operan sofisticadas redes de tráfico de drogas y personas y operaciones de contrabando a ambos lados de la frontera sur, contribuyendo a un aumento de los crímenes violentos en Estados", esgrime en la orden ejecutiva. Además, ha subrayado que, al margen de las cuestiones de seguridad, "la reciente ola de inmigración ilegal en la frontera sur ha supuesto una significativa presión sobre los recursos federales y ha superado a las agencias encargadas de la seguridad fronteriza, así como a las comunidades locales". El nuevo inquilino de la Casa Blanca se ha propuesto con esta orden ejecutiva "frenar la inmigración ilegal hacia Estados Unidos y repatriar a los extranjeros que estén ilegalmente en el país de forma rápida y humana". Para ello, la medida fundamental es "la construcción inmediata de un muro físico en la frontera sur, vigilado por personal adecuado para impedir la inmigración ilegal, el tráfico de drogas y de personas y actos de terrorismo". La orden ejecutiva detalla que por frontera sur debe entenderse "la línea terrestre contigua entre Estados Unidos y México, incluyendo todos los puntos de entrada" y por muro "una barrera física que no pueda traspasarse". Trump ha encargado un estudio de seguridad sobre la linde con México que contemple "todos los aspectos geofísicos y topográficos", así como los materiales y las tecnologías adecuados para garantizar el "control operativo" del muro. De acuerdo con este documento presidencial, la construcción del muro será "inmediata", sin embargo, en una entrevista concedida horas antes a la cadena estadounidense ABC News ha admitido que las obras no empezarán hasta pasados unos meses. Sobre el presupuesto, ha calificado de "prioridad" este proyecto y, en dicha entrevista, ha insistido en que México reembolsará el coste del muro "de alguna manera", aunque ha admitido que será "complicado porque el Gobierno de Enrique Peña Nieto se ha negado. También ha ordenado construir nuevos centros de detención cerca de la línea limítrofe y dotarlos con todo el personal necesario para acabar con la política de "detenido y liberado". La Casa Blanca ha previsto a este efecto la contratación de 5.000 nuevos agentes de fronteras y aduanas. Trump ha subrayado que quiere colaborar con México para mejorar la seguridad y las oportunidades económicas a ambos lados de la frontera y ha avanzado que hablará con Peña Nieto de posibles medidas para combatir los cárteles y luchar contra el tráfico ilegal de dinero y armas. El presidente ha defendido su llegada a la Casa Blanca como un punto de inflexión en materia de seguridad, alegando que durante estos años las fuerzas y cuerpos no han podido hacer su trabajo de forma apropiada. Como medida inmediata, planea contratar otros 5.000 agentes fronterizos y de aduanas.