BRUSELAS 30 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente estadounidense, Donald Trump, mantuvo el mismo tono duro con sus homólogos de la OTAN durante la cena del pasado jueves en el marco de la cumbre aliada, donde volvió a dejar claro que el objetivo pactado en 2014 de elevar el gasto de defensa al 2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) es lo mínimo aceptable, aunque ningún líder le recriminó por sus palabras.
El mandatario estadounidense, que se estrenó en su primera cumbre en la OTAN, criticó que "23 de los 28 aliados no están pagando lo que deben y deberían estar pagando por su defensa" en la inauguración de un memorial del atentado del 11-S previo a la cena de los líderes.
"Muchas de estas naciones deben enormes cantidades de dinero por años pasados y no han pagado", afeó Trump, dejando claro que, a su juicio, "el 2 por ciento es el mínimo exigible" dado que hay que "compensar" por los años anteriores. Incluso, el 2% resulta "insuficiente", avisó, por los "impagos crónicos y el aumento de las amenazas".
Durante la cena con el resto de aliados, que arrancó a las 18.00 horas y concluyó poco después de las 20.30 horas, Trump trasladó "los mismos mensajes" y empleó "un tono similar", "un poco agresivo" aunque ningún líder "entró al trapo", han explicado a Europa Press fuentes aliadas.
"Nadie realmente entró al trapo ni sobre el tono ni sobre los argumentos de fondo. No es fácil, sería ponerte a su nivel o rebajarte. Nadie optó por esa línea", han explicado fuentes consultadas.
LA ANTÍTESIS DE OBAMA
"No es el tipo de debate, dado que se suele venir a la OTAN con los discursos preparados", han precisado, admitiendo que Trump "es la antítesis total" del anterior presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al que han definido como "calmado" y "respetuoso".
Las palabras que Trump dirigió a sus homólogos durante la cena fueron escuchadas "atentamente" por el resto de líderes, la mayoría de los cuales reafirmaron su compromiso con el objetivo pactado en la cumbre de Gales para elevar el gasto en defensa al 2 por ciento del PIB en el plazo de una década, es decir, 2024 y pusieron "mucho énfasis en las contribuciones" que están haciendo en las diferentes operaciones de la OTAN. Alguno también hizo hincapié en la importancia de reforzar la cooperación con la UE.
Trump apeló a la lucha contra el terrorismo durante la cena aunque hizo más hincapié en el asunto de subir el gasto en defensa, insistiendo en que el 2 por ciento es el objetivo mínimo aunque "no lo justificó" e incidió en que Estados Unidos ha propuesto aumentar el presupuesto destinado a la defensa de Europa.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, admitió en la rueda de prensa final de la cumbre que Trump fue "cortante" con su mensaje pero insistió en que no es la primera vez que se ve "esta forma de hablar directa de Trump" y en que Trump ha demostrado "su compromiso con la OTAN", no sólo con palabras sino también con "hechos", como su petición de elevar el presupuesto para costear el aumento de la presencia militar de Estados Unidos un 40 por ciento en 2018 al Congreso.
Los jefes de Estado y de Gobierno acordaron, ante la presión de Washington, elaborar planes de defensa nacionales cada año para detallar cómo piensan ir cumpliendo la meta pactada en 2014 de elevar el gasto en defensa al 2 por ciento en 2024, invertir en las capacidades necesarias y las contribuciones que harán a las operaciones y misiones de la OTAN. Los primeros planes se presentarán en diciembre y los ministros de Defensa de la OTAN los revisarán el próximo mes de febrero.
TRUMP SE FUE ALGO ANTES, SIN ESCUCHAR AL MONTENEGRINO
Trump de hecho abandonó la cena unos 15 minutos antes de que acabara sin esperar a las últimas intervenciones de varios líderes que todavía tenían que hablar, entre ellos, el primer ministro de Montenegro, Dusko Markovic, cuyo país se convertirá en el vigésimonoveno miembro de la OTAN a principios de junio.
El propio mandatario estadounidense empujó en un momento de la cumbre para ponerse en primera fila, "un muy mal gesto", en palabras de una fuente diplomática. También la canciller alemana, Angela Merkel, abandonó la sala un poco antes de que acabara.
La cumbre estuvo muy marcada además por el atentado terrorista del pasado lunes en Mánchester y hubo muchas intervenciones de los líderes para expresar su solidaridad. "La percepción de todo el mundo es que tienen que aportar algo en la lucha contra el terrorismo. Esto está aquí para quedarse, no va a desaparecer mañana", han explicado fuentes aliadas.
Aunque "nadie" reclamó en la cumbre que la Alianza Atlántica asuma "la delantera" en la lucha contra el terrorismo, "el tono era muy de la OTAN no puede quedar al margen" y hay que estudiar si "podría hacer algo más" ante la evidencia de que "no está claro" que el plan de acción acordado por los líderes para reforzar el papel de la OTAN contra el terrorismo sea "suficiente".
Los líderes acordaron un paquete con medidas como la entrada de la OTAN como miembro en la coalición global que encabeza Estados Unidos contra el Estado Islámico y ampliar el apoyo prestado a la coalición con el avión de alerta temprana AWACS desplegado en la zona con más patrullas de vigilancia y para que asuma funciones de gestión del tráfico aéreo, aunque en ningún caso la OTAN participará en acciones de combate, ni en Siria ni en Irak.
También dieron luz verde a crear una nueva unidad dentro de la División de Inteligencia recientemente creada para mejorar el intercambio de Inteligencia para la lucha antiterrorista, incluido sobre los combatientes extranjeros y a nombrar un coordinador en la OTAN para supervisar todas las actividades en la lucha antiterrorista.
Fuentes aliadas han confiado en que el nuevo centro que los aliados acordaron poner en marcha en el cuartel general de Nápoles con un centenar de oficiales --la mitad adicionales-- para vigilar las amenazas en el flanco sur también contribuya a responder al problema del retorno de los combatientes extranjeros y de las redes de tráfico humano, armas y drogas.
"Mucho tiene que ir en esa línea", han explicado fuentes aliadas, que admiten que también hay que explorar un mayor uso del Cuartel General de Operaciones Especiales en el cuartel militar de la OTAN y de los equipos de fuerzas especiales móviles para entrenar a las fuerzas locales en la región, algo que ya se está haciendo, por ejemplo, en Túnez y Jordania.
Ello que implicaría saber qué hacen los países a título individual, por ejemplo en Túnez, donde varios países, incluidos España, Estados Unidos, Reino Unido, Francia e Italia están asesorando a las fuerzas especiales tunecinas, pero también en la lucha contra artefactos explosivos improvisados e Inteligencia.