WASHINGTON 30 May. (Reuters/EP) -
El Gobierno estadounidense está ultimando la revisión de la política con respecto a Cuba, que determinará hasta qué punto el presidente del país, Donald Trump, revertirá el acercamiento con la isla que había impulsado el anterior mandatario, Barack Obama, según han informado antiguos responsables y altos cargos gubernamentales estadounidenses y personas próximas a las discusiones.
Asesores de Trump han elaborado recomendaciones que podrían impulsar un endurecimiento de algunas de las normas sobre el comercio y los viajes que Obama relajó en su acercamiento con La Habana, pero no se prevé que rompa las relaciones diplomáticas restauradas en 2015, según las fuentes consultadas.
La revisión, coordinada por el Consejo de Seguridad Nacional, se acelerará con el regreso de Trump de su primer viaje al extranjero desde que asumió el cargo, según ha dicho un alto cargo estadounidense bajo condición de anonimato.
Trump amenazó en su cuenta de Twitter poco después de su elección en noviembre con "terminar" con la política de Obama hacia Cuba si la isla no hace concesiones importantes, algo que es poco probable que el régimen castrista acepte.
La Casa Blanca dijo en febrero que la política relativa a Cuba estaba bajo una revisión exhaustiva y que los Derechos Humanos en la isla serán una parte importante de cualquier estrategia revisada. Obama aplicó sus medidas de normalización con Cuba a través de acciones ejecutivas que pasaron por alto al Congreso y se cree que Trump podría deshacer gran parte de esas medidas con sus propios decretos.
Sin embargo, hay divisiones dentro de su Gobierno sobre hasta qué punto debe ir, especialmente teniendo en cuenta que la apertura de Obama tras más de cinco décadas de hostilidad ha creado oportunidades para las firmas estadounidenses que van desde las telecomunicaciones a las aerolíneas.
Algunos asesores han argumentado que Trump, un exmagnate inmobiliario que ganó la Presidencia prometiendo crear empleos y generar negocios para su país, tendría dificultades para defender cualquier medida que cierre el acceso al mercado cubano.
Un grupo de 54 senadores estadounidenses reintrodujo un proyecto de ley el jueves pasado que busca derogar todas las restricciones que aún existen para viajar a Cuba, lo que revela el apoyo en el Capitolio a la distensión entre Washington y La Habana.