El presidente congoleño alerta de que el este del país sufre "una crisis humanitaria sin precedentes"
MADRID, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
El presidente de República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, ha alertado de que el este del país sufre "una crisis humanitaria sin precedentes" por la reactivación del conflicto con el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) y ha reclamado sanciones contra Ruanda por su "papel desestabilizador", así como una retirada "inmediata e incondicional" de tropas por parte de Kigali.
"La situación al este de RDC es especialmente preocupante. El resurgimiento del grupo terrorista M23 con el apoyo de Ruanda ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes, con más de siete millones de desplazados internos", ha dicho durante su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas.
"Esta agresión constituye una violación grave de nuestra soberanía nacional. Apelamos a la comunidad internacional a condenar firmemente estos actos e imponer sanciones selectivas contra Ruanda por su papel desestabilizador", ha dicho Tshisekedi, quien ha cargado en numerosas ocasiones contra Kigali durante los últimos años por su apoyo al M23, integrado principalmente por tutsis congoleños.
En este sentido, ha destacado que Kinshasa "exige la retirada inmediata e incondicional de las tropas ruandesas" de territorio congoleño, extremo negado por Ruanda, y ha afirmado que, si bien las últimas iniciativas diplomáticas para solucionar el conflicto son "alentadoras", las mismas "no deben de ningún modo ocultar la urgencia de esta acción esencial".
"No cerramos la puerta a ninguna oportunidad que nos acerque a la paz, siempre sin renunciar a nuestra soberanía y aún menos a nuestra integridad territorial", ha dicho, al tiempo que ha recalcado que "RDC se compromete a establecer una paz sostenible al este del país y promover el desarrollo económico y también el bienestar social de las comunidades impactadas por este conflicto".
De esta forma, ha dicho que las autoridades congoleñas están "comprometidas" con la puesta en marcha de la 'hoja de ruta' pactada en la capital de Angola, Luanda, que "promete un diálogo de alto nivel para restaurar la confianza entre RDC y Ruanda, minimizando al mismo tiempo el riesgo de la actual crisis de seguridad para que esta crisis no se convierta en un conflicto regional".
"Además, mi país sigue abierto a cualquier otra iniciativa de nuestros socios que ayude a lograr este noble objetivo de paz. RDC reafirma su firme voluntad de garantizar una paz duradera", ha remarcado el mandatario, quien ha prometido además avanzar en el programa de desmovilización y desarme de antiguos rebeldes que han depuesto las armas.
En este sentido, Tshisekedi ha asegurado que este programa, que abarca a decenas de grupos y milicias activas principalmente en el este del país, es "clave" en "la estrategia nacional para desarmar, desmovilizar y reintegrar a los combatientes, ofreciéndoles posibilidades económicas viables y duraderas" en su día a día.
Por otra parte, ha tenido palabras para la amenaza que supone el terrorismo y ha citado el caso de Estado Islámico, cuya rama en la región, Estado Islámico en África Occidental (ISCA), opera también en el este de RDC después de que el grupo armado Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) jurara lealtad a la organización yihadista.
"El terrorismo que sacude el este de nuestro país está muy vinculado al pillaje y explotación ilegal de nuestros recursos naturales. Estas actividades criminales alimentan la inseguridad y financian a los grupos armados, exacerbando los conflictos de la región de los Grandes Lagos", ha explicado.
Por ello, Tshisekedi ha reclamado sanciones "graves" por parte de Naciones Unidas contra los responsables de "crímenes económicos" con el objetivo de "romper este círculo vicioso y favorecer la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana para las generaciones futuras".