La presión migratoria sobre Grecia es cada vez mayor
ATENAS, 11 Dic. (Reuters/EP) -
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha dado la bienvenida este viernes a las propuestas comunitarias para crear una Agencia de la Guardia Costera de la Unión Europea que controle las fronteras marítimas, mientras crece la presión sobre Grecia para dar respuesta al ingente número de personas que se acumulan en el país.
"Damos la bienvenida a una Guardia Costera Europea", ha afirmado Tsipras durante su intervención en el Parlamento. Aunque ha recalcado que Grecia siempre tendrá la última decisión sobre el control de sus fronteras, reiterando la oposición del Gobierno a una acción conjunta con Turquía.
Los comentarios del primer ministro heleno coinciden con la presión que sufre el Gobierno por su incapacidad para lidiar con los miles de inmigrantes y refugiados encallados en Grecia, a razón de la política establecida desde los Balcanes que solo permite la entrada a sirios, afganos e iraquíes.
Hasta ahora, Grecia e Italia, los principales receptores europeos de los refugiados que huyen de los conflictos de África y Oriente Próximo, han mantenido sus reservas sobre un endurecimiento de los controles fronterizos, alegando cuestiones de soberanía nacional.
La propuesta fue lanzada inicialmente por Francia y Alemania, que temen que ante la llegada masiva de refugiados a través del mar Egeo se anule el acuerdo Schengen que garantiza la libre circulación entre los países que aplican el Convenio.
El plan de la Comisión Europea permitiría desplegar la guardia fronteriza sin una previa solicitud del Estado afectado, a diferencia de la Agencia de Control de Fronteras de la Unión Europea (Frontex) --que precisa de una previa invitación--.
Miles de personas --principalmente de Pakistán, Irán y el Norte de África-- que permanecen entre Grecia y Macedonia serán enviados forzosamente por la Policía griega a Atenas esta semana.
ALTERCADOS ENTRE LOS REFUGIADOS
El jueves por la noche se desarrollaron varios incidentes entre diferentes grupos étnicos, que vivían en miserables condiciones en unas tiendas instaladas en un estadio de taekwondo, y que se saldaron con tres heridos, según han confirmado fuentes policiales.
La decisión de acoger a los refugiados en el abandonado aeropuerto de Atenas y el Estadio Olímpico ha provocado la indignación de varios alcaldes de barrios periféricos del sur de Atenas --donde se están estas instalaciones--.
En una carta al ministro de Migración griego, Yannis Mouzalas, los cuatro alcaldes han denunciado que lo que ellos pretenden que sea una acomodación temporal para los refugiados, en realidad se ha convertido en un espacio abierto para "inmigrantes ilegales".
"Nos oponemos categóricamente a ello", han denunciado los dirigentes locales. "No permitiremos que el antiguo aeropuerto se convierta en un almacén de almas porque no cumple en absoluto ninguna condición de hospitalidad. No permitiremos que el aeropuerto se convierta en la vivienda de los inmigrantes económicos", han puntualizado.
Mouzalas matizó este jueves que la medida sería temporal, ya que el día 17 de diciembre los refugiados serían desplazados ante la celebración de un campeonato en el lugar; aunque no precisó a dónde serían trasladados: "No sé dónde irán los refugiados, lo veremos sobre la marcha".
En todo caso, el ministro defendió utilizar dichos lugares como refugio ante la "falta de ideas", debido a que la otra alternativa es que "duerman en el suelo".