ATENAS, 12 Jul. (Reuters/EP) -
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, se enfrenta a una lucha para contener la creciente división en su partido, SYRIZA, después de que varios miembros dijeran que no apoyarán las medidas de austeridad prometidas a los prestamistas internacionales a cambio de un nuevo rescate.
En una votación celebrada a primera hora del sábado, Tsipras tuvo que apoyarse en la oposición para asegurar el apoyo parlamentario para presentar las propuestas a los negociadores de la Unión Europea, después de que diez legisladores gubernamentales se abstuvieran o votaran en contra y otros siete no estuvieran presentes.
Un total de 15 de los 149 miembros de SYRIZA en el Parlamento afirmaron que no apoyarán al Gobierno en futuras votaciones cuando las políticas individuales, prometidas por Grecia a cambio de la necesitada financiación de los prestamistas internacionales, lleguen para ser aprobadas.
Esto significa un reto para Tsipras, que ahora intenta aprobar medidas como la subida del IVA, un recorte en los gastos de defensa y la venta de activos estatales, planes a los que se oponen con fuerza algunos de sus correligionarios.
En un comunicado escrito antes de la votación, 15 diputados pertenecientes a la Plataforma Izquierda del partido dijeron que apoyar esta vez al Ejecutivo en el Parlamento no significa que vayan a hacerlo en el futuro con las medidas individuales.
"(Nuestro apoyo) no puede ser tomado como un 'Sí' a la aplicación de medidas de austeridad y a una demolición neoliberal, contra la que lucharemos en un movimiento con los trabajadores y el pueblo", señaló.
En Atenas, el ministro de Economía, George Stathakis, dijo que los legisladores disidentes deberían dar un paso a un lado si no están de acuerdo con las propuestas del Gobierno, agregando que tiene sentido que algunos ministros sean igualmente reemplazados.
Uno de los firmantes de la carta del sábado fue el viceministro de Relaciones Exteriores, Nikos Chountis, una de las cuatro figuras prominentes de SYRIZA que no apoyaron a Tsipras.
La presidenta del Parlamento, Zoe Constantopoulou, el ministro de Energía, Panagiotis Lafazanis, y el viceministro del Trabajo, Dimitris Stratoulis, tampoco respaldaron los planes del Ejecutivo.