BRUSELAS, 7 (EUROPA PRESS)
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) ha avalado este martes que los Estados miembro nieguen el visado humanitario a quien desee viajar a su territorio con intención de solicitar asilo.
La sentencia señala que el Derecho europeo, a través del Código de visados, establece únicamente las reglas para los visados de tránsito o estancias no superiores a 90 días, por lo que este caso queda fuera de su aplicación y le corresponde a los Estados miembros decidir.
En las conclusiones previas del abogado del TUE, publicadas hace un mes, el letrado consideró que el país estaría obligado a dar visado humanitario a quien corre riesgo de tortura, lo que abría la puerta a una vía de entrada legal a la Unión Europea para quienes aspiraban a lograr protección internacional del bloque.
Sin embargo, el Tribunal ha concluido en su sentencia que el código europeo se refiere a visados que no superen a los tres meses y que los expedientes que se refieren a visados o permisos de residencia de larga duración por razones humanitarias "sólo están sujetas al Derecho nacional".
La familia presentó unas solicitudes de visado humanitario "con la intención de pedir asilo" en Bélgica, lo que, según recuerda el TUE, deja clara su intención de obtener un permiso de residencia que no está limitado a las estancias de 90 días sobre las que se aplican las reglas europeas.
El pronunciamiento responde a una consulta de los tribunales belgas, en donde las autoridades han negado el visado humanitario a una familia siria formada por un matrimonio y sus tres hijos, todos ellos residentes en Alepo.
Bélgica no estuvo solo en el proceso tramitado con carácter de urgencia en el tribunal con sede en Luxemburgo, ya que otros 13 Estados miembro, entre ellos Francia, Alemania, Países Bajos, Finlandia, Austria, Finlandia y Malta, se pronunciaron en línea con sus argumentos en la vista celebrada en enero.
El caso se remonta a octubre de 2016, cuando la familia siria solicitó en la Embajada de Bélgica en Beirut (Líbano) el visado humanitario y regresó al día siguiente a su residencia en Siria, a la espera del documento que les permitiera escapar de Alepo y pedir asilo en Bélgica.
Uno de los miembros de la familia alegó haber sido secuestrado y torturado por un grupo armado, hasta que fue liberado a cambio del pago de un rescate. También argumentaron el riesgo de ser perseguidos por sus creencias religiosas, al ser de confesión cristiana ortodoxa, y la imposibilidad de lograr protección internacional en un país vecino.
La Oficina de Extranjería belga, sin embargo, negó el visado de validez territorial limitada para pedir asilo, porque consideró que ello probaba la intención de la familia de permanecer en Bélgica más de los 90 días que permiten estos visados.
Bélgica, además, sostiene que los Estados miembro no están obligados a admitir en su territorio a todas las personas que vivan una situación catastrófica.
El secretario de Estado belga para Inmigración, Theo Franken, llevó el caso a los tribunales porque consideró que conceder un visado humanitario a esta familia constituiría un "precedente peligroso" con el que Bélgica podría perder el control de su frontera.
Tras conocerse el fallo, Franken ha agradecido a través de las redes sociales el apoyo de los 13 Estados miembro que se pronunciaron en la vista y el de la Comisión Europea, al tiempo que ha celebrado que se haya impuesto "el sentido común" frente a las críticas al Gobierno por denegar el visado humanitario en este caso.
"Las ONG querían abrir las fronteras de la Unión Europea en las embajadas en el extranjero, pero el TUE ha sido claro en que los visados humanitarios son una competencia nacional", ha recalcado en su perfil de Twitter.