LONDRES, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un 'tuit' del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el que insinuaba que las autoridades británicas ya tenían bajo vigilancia al responsable del ataque de este viernes en el metro de Londres ha sido recibido con estupor y críticas en Reino Unido, donde hasta la primera ministra, Theresa May, ha instado a no "especular".
"No creo que ayude a nadie especular sobre una investigación en marcha", ha dicho May, al ser interrogada expresamente por un mensaje de condena divulgado en redes sociales por el mandatario norteamericano. "Como he dicho, la Policía y los servicios de seguridad están trabajando para averiguar todas las circunstancias de este cobarde ataque e identificar a los responsables", ha señalado la 'premier' británica.
En su polémico mensaje, Trump condenó el ataque cometido por un "terrorista posterior" y añadió: "Son personas enfermas y dementes que estaban bajo la mirada de Scotland Yard. ¡Hay que ser proactivos!". En un segundo 'tuit', instó a ser "más duros" con los terroristas y combatir la expansión del yihadismo a través de Internet.
Un portavoz de Scotland Yard citado por la cadena BBC ha tachado los comentarios de Trump de "poco útiles" y ha aclarado que se trata de "pura especulación". En este sentido, ha instado a la ciudadanía a ponerse en contacto con las autoridades si tienen alguna información en relación al suceso ocurrido este viernes en la estación de Parsons Green.
Según la cadena de televisión Sky News, las fuerzas de seguridad británicas han identificado a un sospechoso relacionado con el ataque gracias a las imágenes proporcionadas por las cámaras de seguridad del metro de Londres.
CONVERSACIÓN
Trump se ha referido de nuevo al ataque en una declaración ante los medios frente a la Casa Blanca en la que ha lamentado el "terrible" incidente. "De heho, voy a llamar a la primera ministra ahora mismo", ha anunciado el presidente de Estados Unidos.
Trump tiene pendiente realizar una visita de Estado a Reino Unido que sigue sin cerrarse, a pesar de que la invitación data de finales del mes de enero, cuando May visitó la Casa Blanca. La oferta generó una ola de críticas políticas y sociales no sólo por la premura del viaje, sino por su formato, que sitúa en primer plano y como anfitriona a la reina Isabel II.