Referendum grecia - turismo - recurso
CATHAL MCNAUGHTON / REUTERS
Actualizado: domingo, 5 julio 2015 16:53


ATENAS, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -

Las calles de la capital griega se han despertado este domingo medio vacías, sin el gentío usual que llena los pasajes del centro de Atenas y con los ciudadanos congregados en los colegios electorales para votar en el referéndum, al tiempo que los turistas pasean con tranquilidad ajenos a los acontecimientos.

Las terrazas del centro de la ciudad, desde donde se pueden contemplar las vistas a la Acrópolis, se encontraban este mediodía raramente vacías.

"El día parece que va a ser, para algunos, muy tranquilo", confesaba Dimos, un camarero en unos de los locales más famoso de la zona, en declaraciones a Europa Press.

Una familia italiana, sentada en el local, se dedica a probar las delicias culinarias de la gastronomía griega. "Los griegos nos están tratando fenomenal, este país es precioso", comenta Francesca. Ni ella ni su marido temen por lo pueda pasar tras el referéndum. "Hemos oído algo, pero en cualquier caso no estamos preocupados", apunta.

Al llegar al museo de la Acrópolis, un grupo de ingleses escucha las instrucciones de su guía. Daniel y Jaqueline, una pareja joven procedente de Reino Unido, aseguran tener conocimiento de la consulta aunque, en realidad, desconocen que se está desarrollando a lo largo de la jornada de este domingo.

"Me parece muy bien que se les consulte", apunta ella. "Si es así, mañana tendremos que leer los periódicos. Estamos de vacaciones y hace días que no leemos o escuchamos las noticias", confiesa él.

Aunque las negociaciones con la tríada de acreedores (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea) y el Gobierno se están manteniendo desde el mes de febrero, finalmente el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, decidió consultar a la ciudadanía si está de acuerdo o no con el pacto que las instituciones han planteado.

Mientras los griegos acuden este domingo a la urnas, por la calles del casco antiguo de Atenas, en el barrio de Plaka, Oliver y Sofia, buscan una terraza "donde no haya muchos turistas", prefieren. La mayoría están medio llenas y no por mucha gente local.

Este matrimonio alemán, ambos retirados, viene de pasar unos días en las islas de Milos y Mikonos. "Cada año venimos a hacer una ruta por las islas griegas", explica él. "Es algo que los dos necesitamos. Estamos pensando alargarlas unos días", añade ella. Ninguno de los dos estaba al corriente del referéndum.

"Sabíamos que las cosas no iban avanzando (entre los acreedores y el Gobierno griego) pero, estando de vacaciones, hemos desconectado", dice Sofia.

Al llegar a Monastiraki, sorprendentemente con menos gente en comparación con otro domingo cualquiera, Carla y Marco, una pareja joven de italianos, come un 'souvlaki' en una de las tabernas de la zona. "Sí hemos oído sobre el referéndum, deseamos lo mejor para ellos", coinciden ambos.

Mañana por la mañana cogerán el tren hacia Thessaloniki, en el norte de Grecia. "Este país es muy bonito como para que nadie acabe con él. No sé cómo lo están viviendo los griegos, pero empatizamos con ellos", añade Carla. La incertidumbre reina entre la población al tiempo que los turistas, sin muy bien saberlo, viven también un momento histórico junto a ellos.

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