ANKARA 13 Oct. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Turquía ha advertido a Estados Unidos y Rusia de que no tolerará avances de las fuerzas kurdas sirias cerca de su frontera en el noroeste de Siria, según han explicado dos altos cargos gubernamentales turcos.
"Esto es algo claro para nosotros y no se bromea con ello", ha afirmado uno de los responsables, en referencia a la posibilidad de que las Unidades de Protección Popular (YPG) lleguen a cruzar el río Éufrates para ampliar su control a las fronteras turcas desde la región del Kurdistán iraquí.
Turquía teme que los avances de las YPG --apoyadas por su brazo político, el Partido de la Unión Democrática (PYD)-- en el lado sirio de sus 900 kilómetros de frontera puedan alimentar las ambiciones separatistas entre los kurdos turcos en sus territorios del suroeste. El Gobierno estadounidense ha estado apoyando a los combatientes de las YPG en su lucha contra Estado Islámico.
"El PYD ha estado aproximándose a Estados Unidos y Rusia últimamente. Consideramos al PYD como un grupo terrorista y queremos que todos los países estudien las consecuencias de cooperar con ellos", ha señalado uno de los responsables gubernamentales de Ankara.
El Gobierno de Turquía sospecha que Rusia, que comenzó hace dos semanas su campaña de ataques aéreos en Siria, ha estado apoyando a las YPG y al PYD. "Con el apoyo de Rusia, el PYD está intentando tomar territorios entre Jarablus y Azaz, avanzando por el oeste del río Éufrates", ha indicado.
Las fuentes consultadas han señalado que Turquía ya ha mostrado su preocupación por la situación en reuniones de alto nivel con autoridades de Rusia, Estados Unidos y Rusia. Las dos fuentes gubernamentales turcas no han concretado qué acciones podría asumir Turquía si las YPG cruzan el Éufrates.
Las fuerzas bajo mando de Ankara han llevado a cabo ataques aéreos contra los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte de Irak. Atacar a los combatientes kurdos en Siria sería más arriesgado porque podría generar un conflicto con las Fuerzas Aéreas de Rusia y de Estados Unidos.
Las YPG aseguraron este lunes que han incorporado a rebeldes árabes para formar una nueva alianza militar que recibirá armas y apoyo de Estados Unidos para intentar arrebatar a Estado Islámico el control de Raqqa, su principal bastión en Siria.
Las autoridades de Turquía han acusado a las milicias kurdas sirias de estar intentando impulsar "un cambio demográfico" en el norte de Siria desalojando a las comunidades turcómanas y árabes. Ankara teme que la situación actual pueda dar alas a la creación de un estado kurdo con los territorios controlados por este grupo en Irak, Siria y Turquía.
Amnistía Internacional ha acusado a las YPG de haber cometido crímenes de guerra en los territorios que han tomado en el norte de Siria en los últimos meses. Los milicianos kurdos, que han emergido como los socios más eficaces de la coalición contra Estado Islámico, han negado las acusaciones de la ONG y han dicho que las personas que han huido lo han hecho por los combates y que ahora son bienvenidos.
Más de 40.000 han muerto en el conflicto entre los milicianos del PKK y las fuerzas de seguridad en Turquía desde 1984. El final del alto el fuego en julio de 2015 ha llevado a un aumento de los ataques y enfrentamientos en los últimos meses.