ESTAMBUL 7 Sep. (Reuters/EP) -
La Policía turca ha detenido a tres periodistas y a un exparlamentario este miércoles y ha emitido nuevas órdenes de arresto contra 105 personas, a las que ha acusado de tener vínculos con el clérigo islamista Fetulá Gulen, líder del movimiento religioso Hizmet.
Varios miembros de la oposición han advertido que esta nueva oleada de arrestos está dirigida contra detractores del Gobierno turco que no guardan ninguna relación real con el movimiento de Gulen, al que el presidente turco, Reccep Tayyip Erdogan, acusa de haber orquestado el fallido golpe de Estado que tuvo lugar el pasado 15 de julio.
El clérigo islamista, que vive en un exilio voluntario en Estados Unidos desde hace años, ha negado en todo momento su responsabilidad en la asonada militar.
Las autoridades turcas han detenido este miércoles a tres periodistas del diario turco nacionalista 'Yenicag'. Según ha informado el propio diario, los tres hombres han sido arrestados en sus hogares y se encuentran bajo custodia policial en un pabellón deportivo. Sus compañeros en el periódico han explicado que los detenidos eran firmes críticos del movimiento de Gulen, Hizmet.
Además de los periodistas, la Policía turca ha arrestado a Turan Yaldir, un antiguo parlamentario del Partido Movimiento Nacional (MHP)acusado también de guardar relación con el clérigo islamista.
"Los nacionalistas no nos vamos a olvidar de aquellos que están haciendo esto para marginar a sus oponentes políticos", ha declarado Meral Aksener, miembro del MHP, en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.
Por otra parte, la Fiscalía General de Ankara ha emitido órdenes de arresto contra 105 personas, acusadas de participar en la facción militar de la organización de Gulen, a la que las autoridades ahora denominan como "Organización Terrorista Gulen" (FETO, por sus siglas en turco).
En la ola de represión contra los seguidores de Gulen desde el golpe de Estado, las autoridades han detenido a más de 40.000 personas y arrestado formalmente a alrededor de la mitad de ellas. Además, unas 80.000 personas de la judicatura, la Policía y funcionarios han sido apartados de sus cargos.
Turquía también ha cerrado más de 130 medios y detenido a más de 60 periodistas desde que se declaró el estado de emergencia tras la asonada, según la Federación Europea de Periodistas.
El Gobierno turco ha reclamado a Estados Unidos la extradición de Gulen, un antiguo aliado del presidente Erdogan, quien ha acusado insistentemente en los últimos años al clérigo de urdir un plan para echarle del poder valiéndose de sus simpatizantes en todos los estamentos del Estado.
La campaña contra Gulen y sus seguidores del movimiento Hizmet se inició después de la apertura de una investigación por corrupción contra varios ministros del Gobierno de Erdogan en diciembre de 2013.
En respuesta, Erdogan acusó a Gulen de promover su derrocamiento a través de una 'estructura paralela' integrada por miembros del aparato judicial y las fuerzas de seguridad que eran afines a Hizmet.
Pese a que el clérigo ha condenado desde Estados Unidos la asonada militar y ha pedido una investigación sobre los hechos, las autoridades turcas insisten en que fue él el principal responsable de lo ocurrido.