DIYARBAKIR (TURQUÍA), 18 (Reuters/EP)

Dos atentados con bomba atribuidos a los rebeldes kurdos han matado a siete miembros de las fuerzas de seguridad y herido a 224 personas este jueves en el sureste de Turquía, según fuentes oficiales y de seguridad, en una escalada renovada de la violencia en la región.

Un coche bomba ha estallado junto a una comisaría en la ciudad de Elazig a las 9:20 horas cuando los agentes llegaban al trabajo. Tres policías han muerto y otras 217 han resultado heridas, 85 de ellas agentes, según ha informado el primer ministro, Binali Yildirim.

Las imágenes de CNN Turk muestran las oficinas dentro de la comisaría reducidas a escombros y llenas de humo después de que la bomba estallara junto al complejo a las 9:20 horas, cuando los agentes ya habían comenzado a llegar al trabajo.

Menos de cuatro horas después, una bomba de carretera que se cree habría sido colocada por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha alcanzado un vehículo militar en el distrito de Hizan, en la provincia de Bitlis, según fuentes de seguridad.

En la explosión han muerto tres soldados y un miembro de una milicia local de vigilancia apoyada por el Gobierno, mientras que otros siete militares han resultado heridos, han precisado.

Aunque no ha habido reivindicación de los atentados, Yildirim ha dicho que no hay duda de que fueron obra del PKK, considerado organización terrorista por Ankara, Washington y la UE.

"El grupo terrorista (PKK) ha perdido su cadena de mando. Sus elementos dentro (de Turquía) están efectuando ataques suicidas al azar cuando tienen la oportunidad", ha denunciado Yildirim en declaraciones a la prensa en Elazig.

"Hemos elevado el estado de alarma a un nivel superior", ha añadido desde el lugar de los hechos, donde una multitud ha coreado gritos maldiciendo al PKK.

Este miércoles, otras tres personas murieron y 40 más resultaron heridas por la explosión de un coche bomba cerca de una comisaría en la provincia de Van, en el este, cerca de la frontera iraní.

El PKK ha realizado decenas de ataques contra la Policía y el Ejército desde que quedó roto el alto el fuego en el verano de 2015, principalmente en el sureste predominantemente kurdo del país. Elazig, una provincia conservadora que vota mayoritariamente por el gobernante AKP, se había visto al margen de la violencia hasta ahora.

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