MADRID 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
Al menos un militar turco ha muerto y otros tres han resultado heridos por un ataque con cohetes efectuado por las milicias kurdas de las Unidades de Protección Popular (YPG) en la culminación de un día de ataques en el norte de Siria, frontera con Turquía, que han puesto de manifiesto la complejidad del conflicto al enfrentar entre sí a fuerzas rebeldes unidas contra Al Assad y Estado Islámico, pero separadas por la intervención de Turquía.
El Gobierno turco prometió ayer incrementar la presión contra las guerrillas kurdas tras el atentado perpetrado ayer por el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Cizre, que costó las vidas de 11 policías -- 118, diez veces más, según el grupo kurdo, considerado por Ankara organización terrorista --. Este sábado, ha cumplido su anuncio.
Así, esta mañana, aviones de combate turcos han bombardeado viviendas de civiles y posiciones de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), organización rebelde compuesta en su mayor parte por las fuerzas kurdo sirias del YPG, en una localidad situada al sur de Jarablús este sábado, según ha anunciado el propio grupo en un comunicado.
El Consejo Militar de Jarablús, que forma parte de las FDS, ha señalado que el ataque contra la localidad de Al Amarna ha provocado víctimas civiles y lo ha calificado de "peligrosa escalada que amenaza la suerte de la región".
Un testigo de Reuters ha visto aviones no identificados sobrevolando la zona fronteriza dentro de Siria desde Turquía a primera hora de la mañana, a lo que ha seguido el sonido de explosiones.
Este bombardeo estaría relacionado tanto con el atentado de Cizre como con la operación de otros grupos rebeldes sirios afines a Turquía -- que ha enviado cerca de 200 soldados de la Infantería Mecanizada y 150 miembros de las Fuerzas Especiales -- contra Estado Islámico que ha comenzado esta semana en Al Amarna, a muy poca distancia (10 kilómetros) al sur precisamente de Jarablús, y que ahora se disputan yihadistas y grupos aliados de las FDS.
El Consejo Militar de Jarablús ha condenado el bombardeo como una "provocación" y ha asegurado que sus fuerzas en ningún momento se aproximaron a la frontera con Turquía precisamente para evitar esta clase de ataques.
Horas después, las milicias kurdas sirias han acusado a Turquía de incrementar sus ataques en torno a la región siria de Kobani, donde según los guerrilleros el Ejército turco está enviando vehículos acorazados, aunque desde Ankara se ha desmentido esta información.
Además, las YPG han denunciado ataques turcos cerca de Kobani y fuego de armas pesadas contra sus posiciones en la provincia noroccidental de Afrin. Según Turquía, se trata de vehículos de construcción que han comenzado a construir un muro cerca de Kobani, proyecto anunciado hace un año. Aseguran que no han entrado en la zona para no escalar la tensión.
Sin embargo, y según la organización de activistas Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y residentes de Kobani, en realidad serían de barricadas que podrían ser el prolegómeno de un asalto. La tensión ha aumentado hasta el momento del ataque contra el tanque turco como consecuencia de varios cohetes lanzados, según Ankara, por las milicias del YPG.