ANKARA, 6 Nov. (Reuters/EP) -
El Gobierno turco ha instado a civiles desplazados a que permanezcan en Siria y ha prometido que apoyará los campamentos en este país, pero ha aclarado que no tiene la intención de cerrar sus fronteras para aquellos que huyen de la guerra civil, ha asegurado este viernes el jefe de la agencia de gestión de desastres de Turquía (AFAD), Fuat Oktay.
"Una política de fronteras abiertas es la principal política que hemos seguido desde que comenzó la crisis, pero el mundo entero, incluido Europa, tiene que abrir sus puertas a los refugiados, no solo Turquía", ha afirmado Oktay.
La agencia apoya a los campamentos del lado sirio de la frontera y no promueve activamente los servicios disponibles en Turquía con la esperanza de desalentar a que más refugiados entren al país, según ha explicado la autoridad. "A cualquier individuo le gustaría quedarse en su país, les animamos a que se queden en él", ha asegurado Oktay, quien ha añadido que la AFAD ha ayudado a Siria durante todo el conflicto.
Turquía está buscando soluciones a largo plazo, entre las que se incluyen dar a los sirios el derecho a trabajar, unos planes que no han sido bien recibidos por algunos turcos --porque les preocupa que tengan que competir por los puestos de trabajo-- y que han sido retrasados por las elecciones celebradas en el último año y medio.
"Debe haber un equilibrio para que la comunidad local no sienta que los refugiados les están quitando sus trabajos, para que las dos comunidades puedan vivir juntas en paz", ha destacado Oktay. A aquellos bajo protección temporal de Turquía se les permite actualmente trabajar dentro de la comunidad de refugiados, por ejemplo como doctores o profesores en los campamentos.
PRESIONES DE LA UE
Turquía se encuentra presionada por la Unión Europea, a la cual aspira a unirse, para que mantenga a los refugiados en su suelo y ayude a detener la mayor crisis migratoria a la que Europa se ha enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial.
El bloque, a cambio, le ha ofrecido apoyo financiero y ha acelerado las conversaciones para su membresía. Ankara ya está haciendo frente a 2,2 millones de refugiados sirios, aunque muchos de los campamentos de la frontera solo tienen capacidad para 330.000 personas.
Turquía teme una nueva ola de refugiados a raíz de las ofensivas de las últimas semanas llevadas a cabo por las fuerzas gubernamentales sirias y los aviones de combate rusos contra zonas de la oposición. Las autoridades han alertado de que muchos intentarán alcanzar Europa de forma ilegal.
El Gobierno turco ha defendido desde hace tiempo la creación de una "zona segura" en el norte de Siria para proteger a los desplazados, una idea que ha vuelto a la mesa de debate dadas las presiones de la UE, pero que no se ha encontrado demasiado apoyo global.