MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
Turquía celebrará este domingo unas elecciones legislativas anticipadas convocadas tras la incapacidad del primer ministro, Ahmet Davutoglu, de formar Gobierno tras las celebradas el 7 de junio, en las que el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) perdió su mayoría absoluta ante la histórica irrupción del prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) en el Parlamento.
En los comicios serán elegidos los 550 miembros de la Gran Asamblea Nacional a través de un sistema de representación proporcional por listas cerradas y con una barrera del diez por ciento para que los partidos logren representación en el organismo.
En junio, el AKP perdió una mayoría absoluta que había mantenido desde su llegada al poder en 2002, mientras que el HDP se convirtió en el primer partido prokurdo en lograr representación formal en el Parlamento.
Por su parte, los opositores Partido Republicano del Pueblo (CHP) y Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) quedaron en segundo y cuarto lugar, respectivamente, sin que ninguno de ellos alcanzara un acuerdo que permitiera al AKP formar Gobierno en minoría.
Las citadas elecciones, que contaron con una participación del 83,92 por ciento, resaltaron el apoyo con el que cuenta el partido gubernamental en Anatolia central y la región del mar Negro, si bien en muy pocas provincias logró hacerse con el 60 por ciento o más de los votos.
Pese a que los observadores internacionales afirmaron que el proceso había sido llevado a cabo de forma profesional, alertaron de la preocupante situación que viven los medios de comunicación en el país y del marco electoral utilizado, que lleva a grandes desproporciones en la representación.
Una vez sean anunciados los resultados de estos comicios, el presidente, Recep Tayyip Erdogan, volverá a nombrar un primer ministro de entre el partido ganador, si bien esta vez, ante un fracaso en la formación de Gobierno, tendría que ceder el testigo al segundo partido más votado.
El propio Erdogan destacó el lunes que las elecciones "son de vital importancia", volviendo a hacer referencia a la inestabilidad derivada de los comicios del 7 de junio. "Turquía debe proceder a su manera para reconstruir firmemente el ambiente de estabilidad y seguridad que fue puesto en peligro el 7 de junio", indicó.
Asimismo, rompió nuevamente la imparcialidad que debe mantener como presidente del país para defender los intereses de su partido, el AKP, reclamando que no se vote al HDP, ya que, de no entrar en el Parlamento, probablemente daría la mayoría absoluta a su formación.
"Pido a mis hermanos kurdos. Por una parte, decís 'paz' y por otra aterrorizáis a todo el mundo con el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), que os da respaldo", dijo. "Si no dais una lección a los que consiguen respaldo de esta organización terrorista el 1 de noviembre, ¿cuándo lo haréis? Es lo que requiere ser una nación", agregó.
CONFLICTO CON EL PKK
El PKK llevó a cabo varios ataques contra las fuerzas de seguridad tras el atentado en Suruç, ejecutado por el Estado Islámico contra un centro cultural en el que se concentraban activistas prokurdos, rompiendo el alto el fuego y desencadenando una dura respuesta por parte del Ejército.
Pese a que las autoridades turcas anunciaron que iniciarían bombardeos contra la organización yihadista en represalia por el ataque, la mayoría de los ataques del Ejército han sido ejecutados contra las posiciones de la milicia kurda en el norte de Irak y el este de Turquía.
La situación provocó un incremento de los enfrentamientos, en medio de los temores de Ankara por los avances de las fuerzas kurdas en el noreste de Siria, donde han declarado su autonomía ante la situación de caos y desgobierno en el país árabe.
Esto ha puesto a Turquía en una situación complicada, ya que es miembro de la OTAN y de la coalición internacional que encabeza Estados Unidos contra el Estado Islámico, pero considera como un peligro a las fuerzas kurdas, respaldadas por esta misma coalición.
De hecho, el ministro de Justicia, Kenan Ipek, indicó la semana pasada que desde el atentado en Suruç han sido detenidas 1.300 personas por sus presuntos lazos con el PKK y 276 por sus supuestos vínculos con el Estado Islámico o Al Qaeda.
La milicia anunció un nuevo alto el fuego unilateral tras el doble atentado perpetrado el 10 de octubre en la capital, Ankara, antes de una manifestación a favor del proceso de paz, suceso que se saldó con más de un centenar de muertos.
Este alto el fuego había sido reclamado por miembros del HDP para impedir que el AKP explotara el tema de la seguridad para imponer zonas militares restringidas en el sureste del país y usarlo con fines electoralistas, lo que podría dañar las expectativas del partido de entrar en el Parlamento.
DISPUTA CON GULEN
Las elecciones se enmarcan además en la batalla abierta entre Erdogan y su antiguo aliado y actual rival político, el clérigo Fethulá Gulen, al que el mandatario acusa de haber creado un 'estado paralelo' a través de sus influencias en la Policía y la judicatura.
Los críticos de Erdogan denuncian que las autoridades turcas han llevado a cabo incursiones contra medios de comunicación, algunos cercanos a Gulen, en una serie de vetos a la libertad de expresión que ha recibido críticas de grupos de Derechos Humanos y de la Unión Europea.
En un último ejemplo, el Estado turco ha asumido esta misma semana el control de 22 empresas, entre las que se incluyen medios de comunicación, vinculadas al intelectual islamista líder del movimiento Hizmet, quien reside en Estados Unidos desde la década de los noventa.
Entre las compañías que ahora son de titularidad estatal se incluyen dos periódicos y dos cadenas de televisión que habían sido críticas con el Gobierno de Erdogan, al que han acusado de aumentar el autoritarismo de cara a las elecciones.
Miembros del movimiento Hizmet han asegurado que son víctimas de la injusta represión, que incluye la restricción de plataformas satélite de canales afiliados al clérigo, las detenciones de editores de periódicos y el embargo a principios de 2015 del acreedor islámico Bank Asya.
Erdogan ha liderado la represión contra los seguidores de Gulen, su antiguo aliado, después de que en 2013 la Policía y la Fiscalía iniciasen una investigación por corrupción contra los simpatizantes del clérigo en el círculo más íntimo del presidente.
La situación ha llevado a la Unión Europea (UE) a expresar su preocupación por la situación y a recordar a Ankara que debe respetar la libertad de expresión como país candidato a la adhesión al bloque.