BRUSELAS 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Consejo europeo, el polaco Donald Tusk, ha alertado este miércoles del aumento del número de refugiados que tratan de llegar a la Unión Europea cruzando el mar Mediterráneo, tras el cierre de la ruta de los Balcanes, por lo que ha pedido medidas para evitar que se traslade la crisis migratoria.
"En los Balcanes actuamos demasiado tarde y hubo que cerrar fronteras interiores, por eso es necesario cooperar con Italia y Malta, para evitar que este escenario se repita", ha indicado durante una intervención ante el pleno del Parlamento Europeo, en la que ha justificado el acuerdo alcanzado entre la UE y Ankara para deportar a Turquía a todos los inmigrantes y demandantes de asilo llegados a Grecia.
Tusk ha querido así recalcar que la ruta de los Balcanes "no es la única" y que otros países en el Mediterráneo necesitarán la "cooperación y solidaridad" del conjunto de los Estados miembros.
"Piensen en la ruta del Mediterráneo central, el número de migrantes que se acumulan en Libia es alarmante y debemos prepararnos para ofrecer ayuda a Italia si la pide", ha continuado.
NO SE PUEDE NEGOCIAR CON LIBIA
El exprimer ministro polaco ha recordado que la situación en Libia es muy distinta a la de Turquía, por lo que no será posible negociar con este país un acuerdo "copiado" al diseñado con Ankara.
Tusk ha repasado las líneas principales del acuerdo turcoeuropeo y ha asegurado que se pondrá en marcha en línea con el Derecho internacional y los estándares europeos, pese a que las ONG y agencias internacionales como el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) sostienen que se trata de un pacto ilegal e inmoral.
A las críticas y la decisión de ONG y ACNUR de no participar en el acuerdo, Tusk ha concedido que lo negociado con Turquía no es una solución "perfecta", porque tiene "debilidades" y plantea "dudas" que comparte, pero ha reiterado que se pondrá en marcha con garantías del respeto de los derechos fundamentales.
COOPERAR PESE A PROFUNDOS DESACUERDOS
También el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se ha mostrado a favor del acuerdo con Ankara y ha asegurado que es parte necesaria para frenar el tráfico ilegal de migrantes del que se aprovechan las mafias.
La responsabilidad ante los refugiados no debe detenerse en la frontera exterior de la UE, en opinión de Juncker, que ha apostado por "garantizar la cohesión" de los refugiados instalados en países como Turquía, para quien ha pedido que los 28 acepten sumar otros 3.000 millones de euros de ayuda de aquí a 2018 a los 3.000 ya comprometidos para asistir a los refugiados en este país.
Según el jefe del Ejecutivo comunitario, es fundamental tomar medidas para abrir nuevas vías de entrada legales para los refugiados y poner así fin al "negocio de las mafias" que, de acuerdo a las cifras ofrecidas por Bruselas, generaron entre 3.000 y 6.000 millones de euros sólo en 2015.
Juncker ha respondido además a las dudas sobre la fiabilidad del Gobierno turco como socio y ha admitido que hay cuestiones sobre las que la UE mantiene "profundos desacuerdos" con este país, por lo que ha considerado "esencial" la cooperación para proteger a los refugiados.
Esta colaboración, ha añadido Juncker, "no cambia en nada" la defensa por parte de la Unión Europea de los valores y derechos fundamentales como la libertad de prensa.
El presidente de la Comisión ha reiterado sus críticas a Ankara por convocar en marzo al embajador alemán por la emisión en la televisión pública alemana de una sátira sobre el presidente, Recep Tayip Erdogan. "Esa son las cosas que no acercan, sino que alejan a Turquía (de la UE)", ha zanjado.