BRUSELAS, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha confiado en avanzar hacia una solución para atajar la crisis de refugiados con Turquía en la cumbre que ha convocado para este domingo en Bruselas a pesar del máximo nivel de alerta terrorista en la capital belga, que se mantendrá hasta el lunes.
"La reunión será un paso importante para desarrollar nuestras relaciones y contribuir a la gestión de la crisis migratoria", ha trasladado el dirigente polaco en su carta de invitación a la cumbre a los líderes de la UE.
Tusk ha recordado que en la reciente cumbre en La Valeta (Malta) con los socios africanos para cooperar en la inmigración también "discutieron las relaciones con Turquía" y pidieron "a la Comisión continuar las negociaciones con Ankara con vistas a adoptar un Plan de Acción conjunto" para atajar la crisis de refugiados y ha confiado en "una discusión productiva con su homólogo turco" en la cumbre.
El encuentro arrancará este domingo a las 16.00 horas y tiene previsto acabar hacia las 19.00 horas, según ha avanzado Tusk, que ha precisado que antes de mantener "una sesión de trabajo con Turquía", los líderes europeos mantendrán una discusión con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz. No hay cena prevista, según han confirmado fuentes europeas.
Tusk ha dirigido la carta de invitación al primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, aunque fuentes diplomáticas cuentan con la presencia del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
La cumbre, que el propio Tusk ya avanzó en la cita con los socios africanos en Malta que sería previsiblemente a final del mes, pretende servir para escenificar un acuerdo en virtud del cual ambas partes se comprometen a estrechar la cooperación para frenar la inmigración irregular a Europa a través de Turquía a cambio de ayuda financiera para el país, que acoge a más de dos millones de refugiados sirios.
PLAN DE ACCIÓN
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el presidente turco acordaron a principios de octubre durante la visita del dirigente turco a Bruselas "un plan de acción" para reforzar la cooperación frente a la inmigración con el objetivo último de frenar la ola de refugiados a Europa y cuyos detalles el Ejecutivo comunitario y Ankara llevan negociando desde entonces.
Ankara ha exigido para firmar el acuerdo para reforzar su control sobre la inmigración irregular a Europa que el bloque aporte una ayuda nueva de 3.000 millones de euros, que adelante el fin de los visados para los turcos a 2016 y que se aceleren las negociaciones de adhesión del país, que es candidato a entrar desde 2005.
De la ayuda solicitada por Turquía, la Comisión ha avanzado que pondrá 500 millones entre 2016 y 2017 y ha reclamado que los Estados miembro aporten los otros 2.500 millones, en base al Producto Interior Bruto de cada país.
En el caso de España se traduciría en una contribución de 191 millones de euros entre 2016 y 2017, según han informado fuentes europeas. Sólo Alemania, con 534 millones de euros, Reino Unido, con 409,5 millones; Francia, con 386 millones e Italia, con 281, participarían con una contribución mayor que España en el fondo, si prospera la fórmula de reparto ofrecida por el Ejecutivo comunitario. Fuentes del Ejecutivo comunitario insisten en "el entendimiento" de que así sería alcanzado en la cumbre de la Valeta.
El Ejecutivo comunitario ha exigido por su parte a Turquía "en primer lugar que controle sus fronteras" y que permita a los refugiados en su territorio "acceder al mercado laboral turco" para mejorar su situación y evitar que prosigan su viaje rumbo a Europa, según fuentes comunitarias.
Y aunque Bruselas ha abierto la puerta a acelerar la supresión de visados para los turcos, ha dejado claro que ello está condicionado a que Turquía acepte el retorno de los irregulares de terceros países y personas sin Estado que entran a la UE a través de su territorio, algo que Ankara deberá hacer en 2017 en todo caso en virtud del acuerdo de readmisión bilateral, que en la actualidad sólo se aplica a los nacionales turcos.